España continúa siendo un país medieval, controlado por la Iglesia y toda la cohorte fáctica, pero con Internet y automóviles. En lo demás, el calendario lleva congelado más de ocho siglos. Este año, por ejemplo, el Gobierno ha indultado a veintiún presos con motivo de la Semana Santa, a petición de las cofradías. No puedo menos que preguntar qué hacía esta gente en la cárcel. Si no constituían una amenaza para la sociedad, hace tiempo que debieron abandonar su confinamiento, y no en nombre de Dios. Siendo España un país legalmente aconfesional, los musulmanes tendrían derecho a solicitar que durante el ramadán se liberase a treinta de los suyos. Y por qué no: cuando Tom Cruise cumpla años, los cienciólogos podrían pedir la puesta en libertad de algunos de sus penados, apelando simplemente a la ley.
Somos tontos de capirote por tolerar estas prerrogativas tan demodés. Nadie tendría que verse sometido al capricho de ninguna confesión, organización política o coleccionistas de muñecas repollo. Se ve como ‘normal’ que las fuerzas de seguridad escolten a vírgenes o cristos, y que los políticos en calidad de representantes públicos desfilen durante las procesiones, una manifestación religiosa que produce un agravio, pues la aconfesionalidad del Estado invoca que quienes han sido elegidos por el pueblo no deben portar más estandarte que el pluralismo, no el posicionamiento hacia ningún grupo místico. Dado que esta casta ha jurado o prometido cumplir y hacer cumplir la ley, no comprendo por qué se aplican en todo lo contrario. Es cuando menos antiestético que un alcalde se arrodille ante una escultura religiosa a ofrecerle sumisión o pedirle ayuda para solucionar el desempleo. A título personal, cualquiera puede proclamar sus anhelos hasta al equipo de fútbol de sus amores, pero todo tiene un límite. Aparte de resultar poco científico, que la gente se zafe de su particular calvario no está en manos de ningún dios, salvo en el todopoderoso don dinero. Este sí que tendría que desfilar durante todo el año.
Publicado en El Norte de Castilla el 16 de abril de 2014