El debate a cuatro fue plúmbeo. Recibidos como estrellas del rock, uno a uno los candidatos fueron desfilando ante las cámaras, recibidos por Manuel Campo Vidal y acompañados de Fernando Navarrete, el realizador, un bulto sospechoso y figurón que no sé que diablos pinta en un evento de estas características. Según los partidos políticos, todos ganaron; los españoles, por el contrario, nos perdimos un partido de fútbol para asistir a un ‘déjà vu’, porque a estas alturas casi todo el mundo ya sabe de qué pie cojea cada candidato y cuáles son sus propuestas para el futuro de nuestro país. La realidad es mostrenca y anteayer quedó claro que con estos peces gordos no vamos a ninguna parte, pues los resultados que alumbre el 26J presentarán unos datos similares a la anterior convocatoria electoral. En este orden de cosas, nos vemos abocados a una tercera elección, en el caso de que el PSOE no se abstenga en la sesión de investidura de Mariano Rajoy, el previsible ganador el día 26. En el caso de que los socialistas se abstengan, Pedro Sánchez se convertirá en un cadáver político, si es que no lo es ya. Lo que sigue preocupando al conjunto de la sociedad es el desempleo y los trabajos basura, por no hablar de la corrupción, que afloró en el debate. A muchos nos sigue removiendo las entrañas que el presidente en funciones sea el candidato de un partido trufado por la corrupción, registrado por la policía judicial y autor de los mensajes tranquilizadores a Luis Bárcenas tras conocerse que el extesorero del PP tenía ocultos en Suiza más de 48 millones de euros producto de las mordidas. Claro que Rajoy se escuda en que no conocía nada ni a nadie ni lo que sucedía en los despachos de Génova 13. Quien no está al corriente de los tejemanejes de su gente está incapacitado para hacerse con las riendas de todo un país. Los indecisos serán clave para que algunas pocas papeletas se decanten por uno u otro candidato, pero si no se produce una sorpresa tendremos que votar una tercera vez, por mucho que se empeñen los candidatos en alejar esta sombra inquietante.
Publicado en El Norte de Castilla el 15 de junio de 2016