Tanta verdad
Cesan la palabras. Se apagan los focos. Suenan los aplausos. El público obliga a varios saludos y después silencio… La gente va abandonando la butaca en un extraño silencio. Incluso los saludos con los conocidos son breves, casi sin palabras, hasta que alguien rompe el fuego y dice «todavía estoy sobrecogido». Es el sentir general. […]