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67 SEMINCI. TOMA 1

ESTÉTICA Y VERDAD

Sonaron los primeros y discretos aplausos tras la primera proyección en la jornada inaugural de la 67 Seminci. Una sala abarrotada de prensa y público recibía en el Carrión L’Immensitá, quinto largometraje de Emanuel Crialese que se presenta fuera de concurso. El mayor activo de este filme es también su mayor problema. Película estética que muestra planos de gran belleza pero en ocasiones tan rigurosamente dibujados que caen en el artificio. Lo cierto es que son una delicia para la vista tanto que acaban limando las aristas del tema que pretende tratar. Y éste queda de alguna manera en la superficie. Adriana tiene 12 años y un problema: no quiere ser una chica, la familia lo sabe pero no está dispuesta a encarar el asunto y ella navega en su ya difícil preadolescencia en un hogar con una madre agarrotada incapaz de salir de un matrimonio infeliz pero acomodado a la hipocresía de una familia burguesa en la Italia de principios de los 70 del siglo pasado. El padre un tipo violento y dos hermanos pequeños con la resistencia de la infancia en un ambiente hostil completan el cuadro. Guiños a Rafaella Carrá, a la Eurovisión de Iva Zanichi y al tema principal de Love Story que se estrenó en 1970.

Penélope Cruz, de nuevo en papel de madre atribulada, está tan guapa en todas las escenas que resulta impensable en una mujer tan interiormente herida. Me gustó la joven actriz Luana Giuliani (que alterna los platós de cine con los circuitos de motociclismo) en su papel de silenciosa o silencioso Andrea que es como quisiera que le llamaran, aunque no lo consiga. Película de silencios más que de palabras, que quedan sin embargo lastradas por las secuencias de las ensoñaciones. Tienen cierta gracia, pero les pesa el manierismo.

(Por cierto, ¿dónde estaba la careta de Seminci en el inicio de la proyección? Se echó de menos.)

A concurso sí está ‘El caftán azul’ (‘Le blue du caftán’) segundo largometraje de la marroquí Maryam Touzani que se vino del reciente Cannes con un premio Fipresci bajo el brazo. A Touzani la conocimos en la edición de 2019 gracias a ‘Adam’ un filme que apuntaba las buenas maneras que confirma con esta película que destila verdad por los cuatro costados. El caftán azul habla de amor, de homosexualidad reprimida, de tradiciones que se pierden, de honestidad… El mundo de Halim y Mina, el matrimonio que regenta una tienda de caftanes realizados a la manera tradicional, y de Youssouf, el ayudante que llega a sus vidas para trastocarlas, se antoja una burbuja en una sociedad cerrada y represora. Aquí cuando la cámara se acerca a los rostros de los protagonistas consigue efectos tan bellos como perturbadores. La delicadeza del bordado del caftán es la misma con la que Touzani cose esta historia de personajes que saben encontrar el camino aunque parecería que están abocados a lo contrario. Y lo hace con la misma lentitud que requiere un buen bordado.

 

Sobre el autor

Más que un oficio, el periodismo cultural es una forma de vida. La llevo ejerciendo desde que terminé la carrera. Hace de eso algún tiempo. Me recuerdo leyendo y escribiendo desde que tengo uso de razón. La lectura es mi vocación; la escritura, una necesidad. La Cultura, una forma de estar en el mundo. Dejo poemas a medio escribir en el bolso y en todos los armarios.


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