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69Seminci. Toma V. ‘Diario’ de Assayas para terminar

El último film de Olivier Assayas, ‘Hors du temps’ ha puesto punto final a la Sección Oficial a concurso de la 69Seminci, un viaje que se inició hace ahora ocho días con ‘Polvo serán’ y en el que se ha mantenido el buen nivel que anunciaba la película firmada por Marques-Marcet. Assayas, del que en Seminci se ha visto al menos en esta sección ‘Clouds of Sils Maria’, nos traslada a la pandemia del Covid y al confinamiento sufrido en aquella primavera de 2021. Lo hace introduciendo la cámara en la casa familiar de la infancia de los hermanos Paul y Etienne y sus nuevas parejas. Vemos su diferente manera de abordar ese tiempo detenido, cómo han evolucionado sus caracteres en los años en que han estado separados, cómo se reencuentran con los espacios familiares, la biblioteca del padre, el amplio jardín de la casa vecina, ahora deshabitada, escenario de sus juegos infantiles y ahora desahogo para el obligado encierro… La vegetación, los árboles, la luz contribuyen a hacer amable la mirada sobre un tiempo difícil que lo fue menos en ambientes privilegiados como el que retrata el film. Este sin embargo se queda en la distancia, no emociona, no admite demasiada complicidad a pesar de que todos hemos sido partícipes de ese tiempo. Los diálogos constantes, el fluir de los nombres vinculados a las profesiones de los hermanos (uno director de cine, el otro, periodista especializado en música) no terminan de enganchar. Assayas quiere hacer un cine intimista, una especie de diario de pandemia, pero tan pulcramente filmado que se queda en un ejercicio de estilo.

Al contrario sucede con ‘Black dog’, del director chino Guan Hu,que desde la sequedad con la que está contada y filmada consigue más emoción, a pesar de un paisaje hostil (el director nos traslada a los confines del desierto de Gobi) en el que se desarrollan vidas sin horizonte. Lang vuelve a su ciudad natal tras salir de la cárcel y apenas encuentra complicidad en una comunidad de la que huyen los jóvenes por falta de trabajo y en la que los perros callejeros imponen su ley a medida que retrocede la vida humana. Lang compadece su soledad con la de uno de esos perros, el que más temor infunde por su agresividad y la sospecha de que puede estar afectado por la rabia. Su relación se cuenta con tintes de western, los desiertos al fin y al cabo se parecen y la soledad tiene notas que armonizan sea cual sea el ‘idioma’ de la partitura. Destaca a fotografía de Gao Weizhe sobre esos espacios de luz turbia que contribuyen a la mirada desolada frente al abandono. Me sobra la sonrisa final en primer plano del protagonista mientras abandona para siempre el lugar donde nació.

Menos interesantes me han resultado en esta edición las película con tintes de comedia, por mucho que quisieran poner el contrapunto a una edición llena de historias turbulentas como las aguas de la actualidad que vivimos. ‘Misericordia’, de Alain Guiraudie,por ejemplo, es un filme lleno de giros de guión, sorprendentes enganches a una historia que comienza siendo un filme casi de misterio para terminar en un enredo a varias bandas. Como me ha pasado con otras películas, el problema aquí, en mi opinión, es la falta de decisión en torno a cómo contar la historia. No encontrar el tono, mezclar comedia y drama (lo que no tiene por qué ser un problema) sin el hilo que suture la acción, introducir parlamentos a modo de moraleja lastran una trama que no deja de tener su interés.  Jerémie regresa a su pueblo para asistir al funeral de su antiguo jefe. Nada aquí le resultará fácil y cada miembro de la comunidad desde la viuda al sacerdote del pueblo, pasando por sus amigos de juventud, parece esconder un misterio o un rencor hacia su persona. Para pasar un rato en una tarde lluviosa.

La 69 edición de Seminci ha cumplido con lo que se espera de un festival de su prestigio y destinado al cine de autor. El nivel medio de su Sección Oficial ha sido notable auqneu se haya echado en falta esa película luminosa que concita unánime aplauso. Por mi parte me quedo con Salve María, con el talento de su directora, Mar Coll, a la hora de tratar un tema difícil desde un registro distinto al suyo habitual. Y me quedo con el buen sabor de boca de películas como ‘The brutalist’, ‘Polvo serán’, o ‘La tutoría’, sin olvidarme de ‘MI postre favorito’ y ‘La mitad de Ana’

Nos vemos en el cine

Sobre el autor

Más que un oficio, el periodismo cultural es una forma de vida. La llevo ejerciendo desde que terminé la carrera. Hace de eso algún tiempo. Me recuerdo leyendo y escribiendo desde que tengo uso de razón. La lectura es mi vocación; la escritura, una necesidad. La Cultura, una forma de estar en el mundo. Dejo poemas a medio escribir en el bolso y en todos los armarios.


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