Siempre me sorprenden algunos comentarios –bienvenidos, claro– en artículos como el de “Invitación algo interesada” porque pienso que efectivamente hablamos de cosas distintas. Pero supongo que esto es lo bueno y lo malo del blog. Y los comentarios siempre son bienvenidos –siempre que sean educados y no insulten– sobre todo si quien los hace da la cara como los autores de los blogs.
Hoy voy a hablar de alguien que suele ir adosado a la polémica. Lo último de la factoría Boadella es la ‘Controversia del toro y el torero’, que acabo de ver en Madrid. Se trata de un espectáculo de pequeño formato al estilo de las antiguas controversias. Un texto sencillo envuelto en un estupendo traje escénico en el que dos actores, Ramón Fontseré y Xavier Boada, se miden, se estudian, se toman la distancia, como el toro y el torero en la plaza… El primero nos tiene acostumbrados a su brillantez, por eso me voy a detener en el que le da la réplica. Boada es un actor al que se le ve crecer de espectáculo en espectáculo. Y aquí hace un toro creíble y un no menos creíble mozo de carretón. Es un toro que mueve a la ternura. Dice Boadella en el programa de mano que la preservación futura de la fiesta depende en «de que los aficionados no renunciemos al debate, y en vez de rechazar radicalmente las razones antitaurinas, también seamos capaces de comprender los motivos contrarios a la fiesta». Y de eso trata este pequeño y grande a la vez espectáculo, nada beligerante, que ojalá siga vivo después de su presentación en Madrid. De momento, Els Joglars en conjunto sigue la gira de ‘En un lugar de Manhattan’, pero sería bueno que continuara la Controversia