Bueno, pues aprovechando que este fin de semana, nadie escucha, nadie lee, o sea, estamos casi solos, así en petit comité, puente y todo muy parado, me refiero a vía Internet, pues escribo lo que más o menos quiero escribir hoy por la inmediatez de la anécdota, hace tres días y aunque tengo otros blogs en la recámara, tranquilos todos, que no cunda el pánico, que aún tardarán en llegar, hoy toca lo que toca.
Como iba tratando de decir, que me amontono:
El otro día he ido a comprar un regalo a mi hija que vuelve a casa por su cumple, y la dependienta me da una revista y me dice que si no me presento al casting, claro, mi pregunta: ¿al casting dé qué?
Bueno pues por lo visto, una revista de cuyo nombre no me quiero acordar, porque no voy a hacer publicidad para nada, hace una prueba para “mujeres reales”, para salir en portada, fíjate por donde.
Claro, somos, comentábamos ambas, reales, y tan reales, ni extraterrestres ni fantasmas…se nos puede sentir, oler, y tocar afortunadamente.
Pero voy a suponer que en cuanto saquen a esas mujeres reales en la portada, de reales, NADA, aunque no compro revistas, la compraré más que nada para ver que tan REALES son cuando salgan para que millones de ojos admiren el consiguiente photoshop.
El otro día no se me ocurrió ponerme los polvos mágicos, esos que dicen dan luz a un rostro apagado. El mío debía llevar en tinieblas muchos días, y mi señor marido me ha dijo que tenía mala cara.
Así que el otro día era una mujer real, pero seguro que no hubiera pasado el casting, no vende para nada un rostro demacrado, preocupado, o quizá con dolor de cabeza o de espalda, en fin, las goteras que empezamos a tener a partir de cierta edad.
Siempre he dicho que el espejo no engaña, lo mismito que el algodón pero es el más real, o ignoras esa imagen que te devuelve porque es lo que hay , o le das la vuelta con un montón de artilugios que al final hace que se vaya al carajo ese gesto, ese color, ese entrecejo de preocupación.
La mujer real es la recién levantada de la cama, la que tiene algún “flotador” que otro, la que tiene esas patas de gallo que delatan que el tiempo pasa, la que no siempre tiene brillo en sus ojos porque los años se encargaron de apagarlo, muchas veces a base vivencias negativas.
Y hay ocasiones en que nos ponemos de punta el blanco, y esos zapatitos de tacón,ese color de labios, por ejemplo, que en mi caso dura lo que un caramelo a la puerta de un colegio.
Nada de eso es real, pero al menos parece ayuda a que no sea traumático, vernos una miaja descolocadas en un mundo que parece está diseñado para la mujer perfecta.
Y muchas de nosotras tenemos a mano todo ese armamento de brochas, rímel, maquillaje y todos los etcéteras que os queráis imaginar, porque hay días que no nos apetece ser tan reales.
Pero es lo que somos, aunque de vez en cuando nos pongamos un disfraz, contradicciones, y cosas que tiene la vida, ojalá algún día me diera por ser perfecta para con los demás, pero me temo que ese es otra canción que no toca cantar hoy. :)
Saludos blogueros, si es que hay alguno por aquí.