>

Blogs

Esperanza Ortega

Las cosas como son

Mujeres con los ojos abiertos

El día veinticinco murió en Nicaragua la poeta Claribel Alegría. Al enterarme, releí el discurso que pronunció en España el año pasado, cuando recibió el Premio Reina Sofía, ya con más de 90 años. Se dedicó a denunciar el machismo de las letras hispánicas, por ejemplo en la concesión del Premio Cervantes, que solo ha recaído en cuatro escritoras, aunque se ha concedido en cuarenta ocasiones. Estos días, que tanto se habla del acoso que han sufrido muchas mujeres en el mundo del espectáculo, me vuelvo a acordar yo de Claribel y de sus versos inolvidables. Y me acuerdo también de Virginia Woolf, que nació otro 25 de Enero, de 1882. A “La habitación propia” que Woolf exigía para cualquier escritora dedicaba Alegría un comentario en aquel mismo discurso. Pero las mujeres han hecho muchas cosas además de escribir. La semana pasada murió a los 96 años Naomi Parker Fralley, la mujer que nos mira con el puño en alto mientras dice con los labios apretados: We Can. Do It!, es decir, ¡Nosotras podemos!, en el poster de Howard Miller que se convirtió en emblema del movimiento feminista. Seguro que lo han visto alguna vez: “Rosi, la remachadora”, que es el nombre artístico de Noemi Parker, lleva en la cabeza un pañuelo rojo con lunares blancos y una camisa del color azul de los monos de trabajo. Yo la tengo en un imán, en la puerta del frigorífico, y cuando miro su rostro decidido y sus brazos orgullosamente musculosos, pienso en el puñetazo que se habría llevado cualquiera que hubiera intentado sobrepasarse con ella. Y pienso también en las denuncias del acoso sufrido por tantas actrices, que han terminado por propiciar manifestaciones contrarias en otras veteranas del oficio, como Brigitte Bardot o Catherine Deneuve. Yo creo que habría que diferenciar el acoso del cortejo contumaz. ¿Qué diríamos de García Márquez, que conoció a su mujer cuando ella tenía nueve años, la propuso en matrimonio cuando acababa de cumplir catorce y no dejó de cortejarla hasta que se casó con ella a los 26 años? Fuera de bromas, creo que la frontera entre el acoso y el cortejo es bien sencilla: acosa el que tiene poder sobre la mujer deseada, ya sea poder físico o poder económico: el que obtiene lo que desea por medio de la violencia o el que amenaza a la mujer con perjudicar su presente o futuro si no cede a sus requerimientos. Es ante ese abuso ante el que muchas mujeres se sienten indefensas. Y hay otro machismo igual de atroz. Me refiero al que sufren las mujeres que cobran menos que sus compañeros de trabajo. Esa discriminación que a Rajoy –según declaró esta semana- no le parece importante es la madre de todas las batallas feministas. ¿Han oído que en Cantabria se celebró hace unos días un campeonato de surf cuyo premio para la categoría masculina era de 2000 euros y en la femenina solo 500? Por algo el perfil de la precariedad en España es el de una mujer enferma, mayor de 50 años. Esa mujer ha trabajado sin seguros sociales gran parte de su vida, pero cuando lo necesita, la sociedad no le devuelve nada, absolutamente nada. Las escritoras, al menos, tenemos una voz para defendernos. Claribel Alegría cuidó esa voz suya como su única arma contra el miedo, siempre con el corazón en la mano y con los ojos bien abiertos. En coherencia con esa actitud valiente el año pasado escribía estos versos premonitorios: “Quiero entrar a la muerte/ con los ojos abiertos/sin máscaras/ sin miedo/ sabiendo y no sabiendo/ enfrentarme serena/ a otras voces/ a otros aires/ a otros cauces/ olvidar mis recuerdos/ desprenderme/ nacer de nuevo/ intacta”

Temas

Sobre el autor

Esperanza Ortega es escritora y profesora. Ha publicado poesía y narrativa, además de realizar antologías y estudios críticos, generalmente en el ámbito de la poesía clásica y contemporánea. Entre sus libros de poemas sobresalen “Mudanza” (1994), “Hilo solo” (Premio Gil de Biedma, 1995) y “Como si fuera una palabra” (2007). Su última obra poética se titula “Poema de las cinco estaciones” (2007), libro-objeto realizado en colaboración con los arquitectos Mansilla y Tuñón. Sin embargo, su último libro, “Las cosas como eran” (2009), pertenece al género de las memorias de infancia.Recibió el Premio Giner de los Ríos por su ensayo “El baúl volador” (1986) y el Premio Jauja de Cuentos por “El dueño de la Casa” (1994). También es autora de una biografía novelada del poeta “Garcilaso de la Vega” (2003) Ha traducido a poetas italianos como Humberto Saba y Atilio Bertolucci además de una versión del “Círculo de los lujuriosos” de La Divina Comedia de Dante (2008). Entre sus antologías y estudios de poesía española destacan los dedicados a la poesía del Siglo de Oro, Juan Ramón Jiménez y los poetas de la Generación del 27, con un interés especial por Francisco Pino, del que ha realizado numerosas antologías y estudios críticos. La última de estas antologías, titulada “Calamidad hermosa”, ha sido publicada este mismo año, con ocasión del Centenario del poeta.Perteneció al Consejo de Dirección de la revista de poesía “El signo del gorrión” y codirigió la colección Vuelapluma de Ed. Edilesa. Su obra poética aparece en numerosas antologías, entre las que destacan “Las ínsulas extrañas. Antología de la poesía en lengua española” (1950-2000) y “Poesía hispánica contemporánea”, ambas publicadas por Galaxia Gutemberg y Círculo de lectores. Actualmente es colaboradora habitual en la sección de opinión de El Norte de Castilla y publica en distintas revistas literarias.