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Esperanza Ortega

Las cosas como son

Bombas y corbetas

Al-ibbi perdió a toda su familia en un bombardeo en 2016. Este barbero yemení tenía una familia numerosa, con 16 nietos y un biznieto de un mes. Ninguno de ellos le salió a recibir cuando regresó a casa. Pero Al-abbi resiste, la muerte es un hecho cotidiano para la población de Yemen, algo tan natural como la tormenta o el granizo. Al fin y al cabo, ¿para qué se fabrican las bombas en EE.UU?  No va a ser para tirarlas sobre los que pasean en la Quinta Avenida. Como Al-abbi hay en Yemen más de 8000 víctimas inocentes y sobre todo una multitud ingente de hambrientos sin futuro ni destino. ¿Quién tiene la culpa? ¿Arabia Saudita? ¿Los Emiratos árabes? ¿EEUU?… Arabia responsabiliza a Irán, que ayuda a los rebeldes. La excusa perfecta para justificar los bombardeos indiscriminados sobre la población civil. El único problema es cómo hacer llegar las bombas hasta Arabia Saudita, pero para eso están los países intermedios que colaboran en la carnicería: España, por ejemplo. Morenés, el ministro de defensa del gobierno anterior, sabía cómo hacerlo, por algo él mismo se había dedicado a los negocios de venta de armas. Primero España compra las bombas a EE.UU, y después de un tiempo módico se las vende a Arabia Saudita, estado con el que mantiene excelentes relaciones comerciales, sobre todo potenciadas por la familia real. El mismo gobierno que denunciaba la relación de algunos miembros de Podemos con la Venezuela de Chávez, considera lícitos los negocios con estos carniceros, que tienen esclavizado a su pueblo, además de sembrar la devastación en todo el mundo árabe. A ellos España les vendió 361 millones de euros en armas en 2017.  Pero Margarita Robles representa otra cultura, una cultura que aborrece las matanzas indiscriminadas. Eso fue suficiente para rechazar la venta de las bombas a Arabia Saudita justo en los días posteriores a que un autobús escolar pereciera bajo las bombas ocasionando la muerte de 29 niños yemeníes. Y Margarita Robles no lo duda, como ministra de defensa de un país donde se respetan los derechos humanos, prohíbe el envío de las bombas acordadas por Morenés. Sin embargo, al día siguiente, las primeras voces alertan de las consecuencias que el gesto humanitario del gobierno español podría acarrear. En Cádiz, por ejemplo, se levantan los trabajadores de los astilleros: Arabia Saudita había encargado la compra de unas corbetas cuya construcción supondría tarea segura para unos 6000 obreros durante más de cinco años.  Y el gobierno recula, con harto dolor de corazón.  Como es lógico, ni PP ni Ciudadanos entran en el tema, eso no es extraño, dada su ideología liberal-materialista. El PSOE, como socialdemócrata, es un partido que acepta las reglas del juego del capitalismo, aunque intente moderar sus aristas más ásperas. Miramos hacia la izquierda, a los políticos que no tienen pelos en la lengua a la hora de denunciar las injusticias. ¿Y qué nos encontramos? Pues nos encontramos con Kichi, el aguerrido alcalde de Cádiz, que, eso sí, muy acongojado, afirma que el derecho a que suene el pitorro de la olla exprés en casa de los obreros de los astilleros también es un derecho humano que hay que defender. Acabemos. Esto sí que nos hunde en la desesperanza. Es verdad que nosotros estamos más cerca de la sensibilidad de Margarita Robles o de Kichi, pero a los que van a matar esas bombas no les consuela en absoluto. Una vergüenza.

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Sobre el autor

Esperanza Ortega es escritora y profesora. Ha publicado poesía y narrativa, además de realizar antologías y estudios críticos, generalmente en el ámbito de la poesía clásica y contemporánea. Entre sus libros de poemas sobresalen “Mudanza” (1994), “Hilo solo” (Premio Gil de Biedma, 1995) y “Como si fuera una palabra” (2007). Su última obra poética se titula “Poema de las cinco estaciones” (2007), libro-objeto realizado en colaboración con los arquitectos Mansilla y Tuñón. Sin embargo, su último libro, “Las cosas como eran” (2009), pertenece al género de las memorias de infancia.Recibió el Premio Giner de los Ríos por su ensayo “El baúl volador” (1986) y el Premio Jauja de Cuentos por “El dueño de la Casa” (1994). También es autora de una biografía novelada del poeta “Garcilaso de la Vega” (2003) Ha traducido a poetas italianos como Humberto Saba y Atilio Bertolucci además de una versión del “Círculo de los lujuriosos” de La Divina Comedia de Dante (2008). Entre sus antologías y estudios de poesía española destacan los dedicados a la poesía del Siglo de Oro, Juan Ramón Jiménez y los poetas de la Generación del 27, con un interés especial por Francisco Pino, del que ha realizado numerosas antologías y estudios críticos. La última de estas antologías, titulada “Calamidad hermosa”, ha sido publicada este mismo año, con ocasión del Centenario del poeta.Perteneció al Consejo de Dirección de la revista de poesía “El signo del gorrión” y codirigió la colección Vuelapluma de Ed. Edilesa. Su obra poética aparece en numerosas antologías, entre las que destacan “Las ínsulas extrañas. Antología de la poesía en lengua española” (1950-2000) y “Poesía hispánica contemporánea”, ambas publicadas por Galaxia Gutemberg y Círculo de lectores. Actualmente es colaboradora habitual en la sección de opinión de El Norte de Castilla y publica en distintas revistas literarias.