>

Blogs

Esperanza Ortega

Las cosas como son

Érase una vez

Érase una vez

A mí me contaban los cuentos las voces femeninas de la casa. Sus protagonistas eran muchachas desvalidas que lograban salir adelante tras vencer las dificultades de la vida: Cenicienta, la incomprendida, dejaba boquiabiertas a las hermanastras que le hacían bowling, con la ayuda de seres del inframundo como arañas y ratones; Blancanieves, la independiente, se sobreponía al miedo y a la soledad, gracias a su alianza con los enanos del bosque; Pulgarcita, la bondadosa, lograba escapar de un matrimonio forzado, gracias a una golondrina a la que ella misma había salvado de una muerte segura…. ¿Había personajes masculinos? Pocos y de escaso relieve: padres que abandonaban a sus hijas, príncipes que desconocían el sentido de sus aventuras, topos y sapos egoístas… Y esos cuentos han sido tildados de sexistas por algunas representantes del feminismo más simplón. Según ellas, hay que dejar de contarlos o al menos cambiarles el final, para que sus protagonistas realicen un papel social más activo. No sé si conocerán la polémica que se ha desatado estos días por unas declaraciones de la Ministra de Igualdad. ¿Habrá que decir que Cenicienta no desea casarse con el Príncipe, sino obtener una plaza de administrativo en un juzgado de primera instancia?, ¿o que Blancanieves, en vez de mandar a los enanos a trabajar a la mina, reparte con ellos las tareas domésticas para tener tiempo de realizar un master de mecánico-dentista?, ¿o que Pulgarcita, tras zafarse del topo, acude a la clínica de Navarra para realizar un tratamiento experimental de crecimiento intensivo…? ¿Acaso será eso menos sexista?¡Por favor! ¿Es que no saben las que dicen tal cosa lo que significa “Érase una vez”? Pues yo no se lo voy a explicar porque ya son muy mayores para entenderlo. Y lo peor es que tampoco entenderán nunca “La tempestad”, de Shakespeare ni “La gitanilla”, de Cervantes, ni a Teresa de Ávila, ni a Emili Brönte, ni a Virginia Wolf. Por no haber aprendido a su tiempo el mensaje que trasmitía Sherezade, la valiente muchacha que se enfrentó al más temible representante de la violencia de género, el sultán de Bagdag, con el único arma de su talento para contar bien los cuentos. Ella es la protagonista de “Las mil y una noches”, el libro que nos enseña el poder salvador de la literatura, su capacidad de resguardarnos contra la sinrazón y la muerte.¡Menos mal que los cuentos de su época aún no habían sido expurgados! Porque si Sherezade hubiera aburrido al sultán con una de esas seudohistorias que llenan los estantes de las librerías infantiles, de esas que sirven para aprender a ir de compras o a respetar las señales de trafico, sin duda hubiera sido degollada tras su primera noche con el sultán. Y sin los cuentos, las niñas no hubiéramos sabido que en el mundo de “Érase una vez” nosotros no éramos iguales que los hombres, sino infinitamente más generosas, trabajadoras e inteligentes. Que nuestro pacto con la vida nos protegía de todas las injusticias de la historia. Y tampoco hubiera entendido nadie este verso con el que Evguèni Evtuchenko concluye uno de sus poemas: “Sabed que en verdad las mujeres son los mejores hombres”.

Temas

Sobre el autor

Esperanza Ortega es escritora y profesora. Ha publicado poesía y narrativa, además de realizar antologías y estudios críticos, generalmente en el ámbito de la poesía clásica y contemporánea. Entre sus libros de poemas sobresalen “Mudanza” (1994), “Hilo solo” (Premio Gil de Biedma, 1995) y “Como si fuera una palabra” (2007). Su última obra poética se titula “Poema de las cinco estaciones” (2007), libro-objeto realizado en colaboración con los arquitectos Mansilla y Tuñón. Sin embargo, su último libro, “Las cosas como eran” (2009), pertenece al género de las memorias de infancia.Recibió el Premio Giner de los Ríos por su ensayo “El baúl volador” (1986) y el Premio Jauja de Cuentos por “El dueño de la Casa” (1994). También es autora de una biografía novelada del poeta “Garcilaso de la Vega” (2003) Ha traducido a poetas italianos como Humberto Saba y Atilio Bertolucci además de una versión del “Círculo de los lujuriosos” de La Divina Comedia de Dante (2008). Entre sus antologías y estudios de poesía española destacan los dedicados a la poesía del Siglo de Oro, Juan Ramón Jiménez y los poetas de la Generación del 27, con un interés especial por Francisco Pino, del que ha realizado numerosas antologías y estudios críticos. La última de estas antologías, titulada “Calamidad hermosa”, ha sido publicada este mismo año, con ocasión del Centenario del poeta.Perteneció al Consejo de Dirección de la revista de poesía “El signo del gorrión” y codirigió la colección Vuelapluma de Ed. Edilesa. Su obra poética aparece en numerosas antologías, entre las que destacan “Las ínsulas extrañas. Antología de la poesía en lengua española” (1950-2000) y “Poesía hispánica contemporánea”, ambas publicadas por Galaxia Gutemberg y Círculo de lectores. Actualmente es colaboradora habitual en la sección de opinión de El Norte de Castilla y publica en distintas revistas literarias.