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Esperanza Ortega

Las cosas como son

¡Un poco de por favor…!

La semana pasada tenía escrita una columna sobre la nieve, con una cita de Luis Mateo Díez que me venía al pelo; pero aparecieron los papeles de Bárcenas y tuve que reconocer que con la que estaba cayendo a nadie iban a interesar mis comentarios lírico-meteorológicos. Es lo que tiene el caso Bárcenas, que acapara  tanto las columnas como las conversaciones.  Amigos, compañeros de trabajo, familiares… da igual la relación que nos una. Y se ha producido una comunicación intergeneracional que es digna de mención, pues ya seamos jóvenes o viejos, coincidimos en juicios e intereses. El lunes mis alumnos me convencieron de retrasar la fecha de un examen: “es que hemos estado leyendo los papeles de Bárcenas”. Incluso los niños madrileños que todavía no cursan pre-escolar se preguntan, mientras les ponen el gorro y la bufanda: ¿dónde me llevarán?, ¿a la manifestación o a los columpios? Esto lo sé de buena tinta porque estuve en Madrid el fin de semana pasado. Tomé un taxi al llegar a Chamartín, y no hablé del tiempo con el taxista, como es habitual. Nada más arrancar, me comentó cuáles eran las calles cortadas por los antidisturbios, y de ahí pasamos a los sobres en negro y todo lo que el tema conlleva. Lejos de quejarse de los cortes de tráfico, me sorprendió diciendo: “Yo no puedo bajarme del taxi porque estoy trabajando, pero toco el claxon en señal de apoyo a los que se manifiestan”. En la droguería, en el bar, en la sala de espera del dentista, en la frutería, en la farmacia… mientras te envasan al vacío los embutidos, mientras te venden unos guantes, mientras te cortan el pelo… da igual que vayas en taxi, en metro o en autobús, tienes un motivo para confraternizar con los que hasta ese momento eran completos desconocidos. Desde los tiempos de la transición no se había llegado a un acuerdo tan instantáneo y con un carácter tan interclasista. Los papeles de Bárcenas lo han conseguido: ya no hay discusiones, hoy podemos hablar de una verdadera reconciliación nacional. ¿Imitarán nuestro método otros países en conflicto? De lo único que hemos de tener cuidado es de no comentarlo con un militante del partido o con un allegado muy muy directo, tipo madre que todo lo perdona. Como es difícil que yo me encuentre en ese caso, puedo rajar a discreción. Y ya me estoy cansando, la verdad. Huele muy mal al acercarse a una bolsa de basura que lleva veinte años encerrada. Y en esto han convertido a nuestro país, en un gran basurero. Los españoles, sin embargo, nos escapamos por la rendija del humor cuando estamos a punto de vomitar. Yo también quiero aportar mi granito de arena a los ripios y chistes que ilustran la ocasión, recordando los versos con los que Quevedo describía allá por el Siglo XVII la trayectoria del poderoso caballero don Dinero: “Nace en las Indias honrado/ donde el mundo le acompaña/ viene a morir en España/ y es en GÉNOVA enterrado…” ¡Ay, qué gracioso sería si no hubiera casi cinco millones de deses-parados! Por eso precisamente, esta columna la quiero terminar con unos versos de San Juan de la Cruz, escritos, aunque parezca increíble, en otra noche oscura: “Quedéme y olvidéme,/ cesó todo,/ el rostro recliné sobre el amado,/ y déjeme,/ dejando mi cuidado/ entre las azucenas olvidado”. No vienen al caso, pero son un alivio. Un poco de por favor….

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Sobre el autor

Esperanza Ortega es escritora y profesora. Ha publicado poesía y narrativa, además de realizar antologías y estudios críticos, generalmente en el ámbito de la poesía clásica y contemporánea. Entre sus libros de poemas sobresalen “Mudanza” (1994), “Hilo solo” (Premio Gil de Biedma, 1995) y “Como si fuera una palabra” (2007). Su última obra poética se titula “Poema de las cinco estaciones” (2007), libro-objeto realizado en colaboración con los arquitectos Mansilla y Tuñón. Sin embargo, su último libro, “Las cosas como eran” (2009), pertenece al género de las memorias de infancia.Recibió el Premio Giner de los Ríos por su ensayo “El baúl volador” (1986) y el Premio Jauja de Cuentos por “El dueño de la Casa” (1994). También es autora de una biografía novelada del poeta “Garcilaso de la Vega” (2003) Ha traducido a poetas italianos como Humberto Saba y Atilio Bertolucci además de una versión del “Círculo de los lujuriosos” de La Divina Comedia de Dante (2008). Entre sus antologías y estudios de poesía española destacan los dedicados a la poesía del Siglo de Oro, Juan Ramón Jiménez y los poetas de la Generación del 27, con un interés especial por Francisco Pino, del que ha realizado numerosas antologías y estudios críticos. La última de estas antologías, titulada “Calamidad hermosa”, ha sido publicada este mismo año, con ocasión del Centenario del poeta.Perteneció al Consejo de Dirección de la revista de poesía “El signo del gorrión” y codirigió la colección Vuelapluma de Ed. Edilesa. Su obra poética aparece en numerosas antologías, entre las que destacan “Las ínsulas extrañas. Antología de la poesía en lengua española” (1950-2000) y “Poesía hispánica contemporánea”, ambas publicadas por Galaxia Gutemberg y Círculo de lectores. Actualmente es colaboradora habitual en la sección de opinión de El Norte de Castilla y publica en distintas revistas literarias.