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Esperanza Ortega

Las cosas como son

El gallardo Gallardón

“Donde dije digo, digo Diego”, reza el dicho que viene pintiparado para aludir al frenazo en seco que ha dado el gobierno a su ley contra el derecho a abortar. ¿No quedamos en que sus detractores eran unos asesinos infanticidas de nasciturus inocentes? Algo así se infiere de las proclamas ofensivas de sus partidarios, cuando pretendían convencernos de que detentaban en exclusiva el respeto por la vida, primero en la calle y después en el Parlamento. Con esta convicción moral no es extraño que Rajoy hiciera a Gallardón el encargo de redactar una ley que evitara tal ignominia. Así las cosas, ¿qué habrá pasado para que ahora retire el proyecto? ¿Quizá se le ha aparecido un ángel y le ha dicho que no fuera más papista que el Papa? No parece que haya sido un ángel sino algo mucho más sagrado para Rajoy: las encuestas electorales. Ellas son las que le han trasmitido el mensaje que inspira su frenazo: “que no, que por ese camino vas a perder votos”. Y ante eso… no hay moral ni valores, ni respeto ninguno por la vida. ¿Acaso no sucede lo mismo con la Ley de la Reforma laboral? Pero frenar esa ley hubiera contravenido el primer mandamiento de la Merkel, y esa es harina de otro costal, como lo son las leyes destinadas a privatizar la Sanidad y la Educación: con eso no se juega, que hay mucho negocio detrás. Con la nueva Ley del Aborto, en cambio, no se ganaba nada en metálico, así que “donde dije digo, no digo nada” porque ni Diego dice Rajoy para explicar el tema, ¿Y Gallardón? Gallardón, como gallardo caballero cruzado había prometido dimitir si Rajoy se rajaba, y lo ha cumplido. Si lo comparamos con Wert o con Ana Mato, su gesto nos parece el colmo de la gallardía,  además de poner en evidencia a su jefe, que no dimite, aunque haya incumplido todas sus promesas electorales. Y sin embargo, estamos ante un asunto menos banal de lo que cree el gobierno. Hay mucho sufrimiento acallado detrás de cada mujer que decide abortar, aunque sería mucho más triste que la ley la obligara a hacerlo de forma clandestina. Pero no seré yo la que intente dar lecciones morales al estilo Gallardón, así que termino con las palabras de Ítalo Calvino: “Traer a un niño al mundo tiene sentido sólo si el niño es deseado consciente y libremente por sus padres. Si no, se trata simplemente de comportamiento animal y criminal. Un ser humano se convierte en humano no sólo por la convergencia causal de ciertas condiciones biológicas, sino a través del acto de voluntad y amor de otras personas. Si este no es el caso, la humanidad se vuelve —lo cual ya ocurre— no más que una madriguera de conejos (…) Sólo aquellas personas que están 100% convencidas de poseer la capacidad moral y física no sólo de mantener a un hijo sino de acogerlo y amarlo, tienen derecho a procrear. Si no es el caso, deben primeramente hacer todo lo posible para no concebir y si conciben, el aborto no representa sólo una triste necesidad sino una decisión altamente moral que debe ser tomada con completa libertad de conciencia”.  Que conste que no he traído a colación el texto de Calvino para que se lea como dogma de fe, se trata únicamente de la opinión de un hombre que se toma el aborto en serio porque tiene un sentido moral, algo de lo que carecen por completo tanto Rajoy como su gobierno y su partido.  A la vista está.

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Sobre el autor

Esperanza Ortega es escritora y profesora. Ha publicado poesía y narrativa, además de realizar antologías y estudios críticos, generalmente en el ámbito de la poesía clásica y contemporánea. Entre sus libros de poemas sobresalen “Mudanza” (1994), “Hilo solo” (Premio Gil de Biedma, 1995) y “Como si fuera una palabra” (2007). Su última obra poética se titula “Poema de las cinco estaciones” (2007), libro-objeto realizado en colaboración con los arquitectos Mansilla y Tuñón. Sin embargo, su último libro, “Las cosas como eran” (2009), pertenece al género de las memorias de infancia.Recibió el Premio Giner de los Ríos por su ensayo “El baúl volador” (1986) y el Premio Jauja de Cuentos por “El dueño de la Casa” (1994). También es autora de una biografía novelada del poeta “Garcilaso de la Vega” (2003) Ha traducido a poetas italianos como Humberto Saba y Atilio Bertolucci además de una versión del “Círculo de los lujuriosos” de La Divina Comedia de Dante (2008). Entre sus antologías y estudios de poesía española destacan los dedicados a la poesía del Siglo de Oro, Juan Ramón Jiménez y los poetas de la Generación del 27, con un interés especial por Francisco Pino, del que ha realizado numerosas antologías y estudios críticos. La última de estas antologías, titulada “Calamidad hermosa”, ha sido publicada este mismo año, con ocasión del Centenario del poeta.Perteneció al Consejo de Dirección de la revista de poesía “El signo del gorrión” y codirigió la colección Vuelapluma de Ed. Edilesa. Su obra poética aparece en numerosas antologías, entre las que destacan “Las ínsulas extrañas. Antología de la poesía en lengua española” (1950-2000) y “Poesía hispánica contemporánea”, ambas publicadas por Galaxia Gutemberg y Círculo de lectores. Actualmente es colaboradora habitual en la sección de opinión de El Norte de Castilla y publica en distintas revistas literarias.