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lmartinez

Cosas que pasan

Terrorismo doméstico

Cada semana, una mujer se despierta por la mañana sin imaginar que ese será el último día de su vida. Cada semana, un asesino amanece con el terrible propósito de terminar con la existencia de quien una vez fuera su esposa, de la madre de sus hijos, de quien puede que incluso siga compartiendo un colchón que se ha convertido en triste testigo de una miserable convivencia. Esa mañana, tal vez ella se levante pronto para llevar a los niños al colegio, o para preparar la comida que a él más le gusta o para no llegar tarde al trabajo. Incluso, puede que lleve el corazón cargado de ilusiones, de una vida nueva, con la esperanza de que algo cambie de una vez por todas. Puede que esa mañana se hayan despedido con un beso,y ella haya apurado sus últimas horas con el esperanzador recuerdo de una reconciliación. Pero mientras a ella se le acaba el tiempo, él repasa cada paso de un crimen que tiene planeado al detalle. No va a fallar; no puede fallar. Ella tiene que morir porque él así lo ha decidido. No hay que rebuscar explicaciones. Una escopeta, un cuchillo o las propias manos. Da igual dejar pistas. A él sólo le importa matar; no ha pensado en lo que vendrá después, en el dolor inmenso de sus hijos, que jamas podrán borrar la visión de su madre muerta; la ira de unos padres que nunca volverán a abrazar a su hija; la lágrimas de unos hermanos que tendrán que vivir con la ausencia de quien fue compañera de juegos y pillerías infantiles. Qué le importa la cárcel, qué le importa la policía, qué le importa las leyes. A los terroristas no les importa nadie, ni siquiera ellos mismos. Y los maltratadores son terroristas, como los de ETA, pero en lugar de atentar fuera de casa, lo hacen dentro, en su propia familia, en el salón de su hogar. ¿Cuándo dejarán de matar? ¿cuándo se apagará su odio? ¿cuándo dejarán de ensuciar la palabra amor con sus retorcidas argumentaciones? Hasta que llegue ese día, muchas mujeres serán asesinadas por sus parejas. Se levantarán una mañana, sin saber que será la última, sin presentir que quien duerme a su lado ya ha decidido que ha llegado el momento de que la muerte les separe.


marzo 2010
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