No entiendo el revuelo que se ha formado con el patrimonio de Francisco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana y superviviente político indiscutible del caso Gürtel. Según los datos publicados en el Boletín Oficial de la Comunidad Valenciana, el saldo que arroja su cuenta corriente asciende a 905,91 euros. Bueno, tiene otra cuenta, con su mujer. En ésta, la cantidad es un poco mejor, de 2.779,12 euros (será porque las mujeres dicen que administramos mejor, pero yo no lo creo). El patrimonio de Camps se completa con un coche Saab 900 S matriculado en 1995 y con un valor de 1.500 euros y una casa en copropiedad valorada en 110.339. Todo ello sin préstamos bancarios, ni hipotecas, ni nada, de nada.
¿Vaya decepción! Yo pensaba que el sueldo de un presidente de comunidad daba para algo más. Con razón, Francisco declaró ante el juez que había pagado en metálico los trajes más famosos del panorama político. Incluso, dijo, tuvo que pedirle 150 euros a su escolta para pagar una chaqueta. (Vaya marrón, para el de seguridad. Espero que se los haya devuelto, que 150 euros son 150 euros. Que encima de estar trabajando, ya el colmo es que te pidan pasta).
Entonces, está claro que Francisco Camps no ha mentido. Otra cosa es su escasa capacidad de ahorro. Vamos, hablando el plata. Que se lo pule todo. ¿Y qué? ¿Se le va a criticar también por eso? ¿No dice nuestro presidente del Gobierno que hay que mover el dinero? Pues el valenciano, lo mueve, vaya si lo mueve. Y por eso, también se le afea su comportamiento financiero. Ya son ganas de molestar que tienen la gente.
Y lo del piso… Bueno, pues está bien, ¿no? Una casita discreta. Pero claro, imagínense si tuviera una finca valorada en 600.000 euros, ¿qué ocurriría? Lo de siempre. Que otra vez a Camps le tirarían a los pies de los caballos. Si gasta, porque gasta, si ahorra porque ahorra. ¡Qué duro es ser político! Cada euro que uno gana se expone a la opinión pública. Y eso sin contar en la gestión, que incluso hay quien se atreve a valorar lo que uno hace con el dinero de todos. Un despropósito.
Yo desde aquí pido un poco de comprensión para Francisco, que si acaso algo hay que afearle es que no haya cambiado de coche desde 1995. ¿Pero no conoce los planes Renove del Gobierno? ¿acaso no entiende que hay que impulsar el sector?
Venga Paco, cámbiate de auto. Y si no fíjate en tu ¿compañero? Ricardo Costa. Él sí que sabe de coches. Seguro que su Infiniti era la envidia del partido. Y sigue moviendo el dinero, que así se levanta un país. O por lo menos eso dice Zapatero.
Modelo similar al Saab del presidente.
Infiniti. A Costa le duró tres meses.