Poco que resaltar en la duodécima etapa de La Vuelta, en la línea de la anterior, salvo los duelos que surgen como preparación para el próximo Mundial. Si ayer, en Taranzona, fue protagonizado por Fabian Cancellara y Tony Martin, hoy ha sido el turno de Phillippe Gilbert y Boasson Hagen; donde el primero, ganador de la etapa, ha confirmado que es uno de los grandes favoritos para conquistar el título en Florencia. En ese sentido, por las fechas de La Vuelta, en ocasiones, aparecen estos duelos de tanteo entre rivales y rodaje previo a la cita mundialista.
Como resalté en escritos anteriores, por otro lado, el estado de forma de ‘Purito’ Rodríguez, como él ha confirmado, está por debajo de lo visto en el Tour de Francia y en la anterior edición de la ronda española. Este hecho, si cabe, lo hace aún más peligroso porque no tiene más remedio que arriesgar. En ese sentido, cumplido su objetivo con el podio conseguido en Francia, ya no tiene nada que perder; en una situación es similar a la de Christopher Horner, con 41 años y en último año de contrato. Las circunstancias de ambos, efectivamente, garantizan espectáculo en las próximas citas, donde Vincenzo Nibali, Alejandro Valverde o Ivan Basso buscarán asegurar.
Por último, el final de hoy, al sprint, recuerda que en cualquier gran vuelta tiene que haber todo tipo de finales, a pesar de que en La Vuelta no proliferan los de este tipo. Aunque no fue un sprint puro, demostró el atractivo y versatilidad que aporta a la prueba, en una clara evidencia de que, de un modo u otro, tiene que existir.