>

Blogs

Eduardo Roldán

ENFASEREM

Las góticas

Se ha armado cierto revuelo mediático por una fotografía en la que dos adolescentes aparecían acompañadas por sus padres, que visitaban la casa de un matrimonio amigo/conocido. Los anfitriones, americanos, exhiben en la foto esa sonrisa  profidén propia de su patria, todo dientes y confianza en sí mismos, esa sonrisa americana y segura de sí misma que representa lo mejor de un pueblo genéticamente optimista, capaz de creer, pese al realismo circundante y depresivo, que con esfuerzo y fe en el de arriba al final las cosas terminan saliendo. Casi seguro sea mentira, pero al menos es una mentira operativa. El matrimonio invitado sale pelín más envarado, menos suelto, un poco por la condición misma de visitante en casa ajena y otro por la presencia negra y pálida, medieval y actualísima, de la vestimenta de sus hijas. Éstas vestían los ropajes holgados y las botas firmes y con muchos agujeros características de los góticos (o de alguna de las familias más light de la tribu). El revuelo ha surgido no porque el padre de las adolescentes haya exigido, con mucha razón, que las pixelen los rostros y así proteger la intimidad y propia imagen de sus retoños: en ese sentido habría que prohibir la difusión de la cara/cuerpo de cualquiera, salvo consentimiento expreso; el revuelo ha surgido por hallarse la familia visitante en viaje de Estado.

No lo entiendo. Ya digo que los anfitriones no parecían en absoluto ofendidos, y el que estas señoritas hayan ido de diario no supone un incremento del gasto de los presupuestos, como se ha afirmado. Al contrario: eso que hemos ahorrado en traje de chaqueta y tacones para la ocasión. Tampoco se ha gastado más combustible en el avión, o más gasolina en las limusinas oficiales. Cierto, algo se les habrá dado de comer, pero creo que esto, aún, podemos soportarlo. La excusa presupuestaria ha servido para enterrar o desviar el asunto: no nos gusta que a España la asocien con dos niñas góticas. Aparte de que uno casi prefiere la imagen de una España gótica, taciturna y decadente a la de una España de toro, lanza y moscas al sol, que es la que damos con frecuencia, el problema no es cómo han ido sino por qué han ido. García Márquez se presentó a recoger el Nobel con un pijama arrugado y a todo el mundo le pareció muy pintoresco. Quien ha de representar a España es el padre de las criaturas, y quien debe decirles nones si se sospecha que sus galas de morticias urbanas pueden disparar una crisis diplomática; ellas, de momento, bastante tienen con crecer, con ir haciéndose un yo, una imagen por dentro y por fuera. Las han puesto en una situación que desde luego no han pedido, y su aparición gótica – por completo consciente – es sólo un grito adolescente y callado de autoafirmación, una protesta genuina e infantil ante el destino cabrón que les ha tocado vivir. En otras palabras: quieren ser valoradas por Alba y Laura y no por hijas de Zapatero.

Que protejan su imagen, sí. Pero que intenten comprenderlas antes.

(El Norte de Castilla, septiembre de 2009)

bloc digital de Eduardo Roldán - actualidad, libros, cine y otros placeres y días

Sobre el autor

Columnas, reseñas, apuntes a vuelamáquina... El autor cree en el derecho al silencio y al sueño profundo.


septiembre 2009
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
282930