EN la curva siguiente el autobús se desprendió de la sombra
fría de la montaña,
volvió el morro hacia el sol y se arrastró rugiendo hacia arriba.
Nos apiñábamos en el autobús. También allí había un busto
del dictador envuelto en un papel de periódico. Una botella
pasó de boca en boca.
La muerte, ese lunar, creció a distinta velocidad en todos.
En lo alto de la montaña, el mar azul alcanzó el cielo.
Tomas Tranströmer
(Traducción: Roberto Mascaró)
El cielo a medio hacer
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