En una suerte de esas volteretas quebradas que le son propias, el break dance ha pasado el filtro del COI y alcanzado el rango de deporte olímpico para la edición París/2024; lo acompañan una troika no menos hip, formada por el surf, la escalada y el skateboard, ese surf rodante de asfalto y lija. Eso sí, el comité ha decidido dar de baja a la prueba de 50 km. marcha.
¿Cabe calificar de deportes al break dance o al skateboard? El hecho de gastar muchas calorías realizando una actividad de competición —que no sé si aquí se gastan— no la cualifica necesariamente de deporte. También en ajedrez, <<boxeo mental>>, se gastan un montón, y la preparación física forma hoy parte inexcusable del programa de entrenamiento de los Grandes Maestros; sin embargo, calificarlo de deporte —es arte, y es ciencia, y es juego, y es competición en grado sumo— resulta cuando menos discutible: por ello tiene sus propias olimipiadas, su foro acotado, que es lo que deberían, si no lo tienen ya, el break dance y demás. Pero el ajedrez, pese a las series de televisión, no tiene ningún atractivo inmediato, exige paciencia, y a ver quién es el guapo que aguanta tres o cuatro horas mirando a dos señores ceñudos encorvados sobre un tablero. Menuda excitación. El break dance, en cambio, es consumible de inmediato: hay música de graves bombásticos, rizos mareantes y desplantes chulescos; poco más se puede pedir.
La moda pues, ha destronado al deporte, y por ello la supresión de los 50 km. marcha, acaso el deporte, junto al maratón, con mayores ecos de Olimpia. Pero verlo es otro coñazo, como el ajedrez, y además angustioso.
(El Norte de Castilla, 1/4/2021)
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