Paisaje de guerra
Cenizas de aleluya por los suelos,
badajos fulminados, ¡ay, callados,
locos de nada!, dedos resignados
a no alcanzar ya el pez con sus anzuelos.
Velos de amianto, espanto, ciegos cielos,
cantados himnos ya no más cantados,
amados rostros ya no más amados,
y sobre el fuego de la fe, los hielos.
Madre, tus ojos doblan cráter de granada,
tu lengua dice plomo, dice cobre,
tu carne, geografía de temores;
cansada Tierra —nunca fatigada
para negar su faz de agua salobre—
quemada de su fuego, sus dolores.
Julio Cortázar
Obras Completas IV
RBA – INSTITUTO CERVANTES