>

Blogs

Jaime Rojas

La canaleja, crónica social de Segovia

Sin ganas de disfrutar

Seguro que alguna vez le ha ocurrido el sentirse como asqueado, sin ganas de disfrutar. Sin embargo, también indudablemente ha habido un hecho, un hito, que ha terminado con esas crisis que todos padecemos y que, por fortuna, suelen ser pasajeras. Pero a veces esa angustia se prolonga más de lo deseable y te deja sin querer ni respirar y, sobre todo, sin una salida que no menoscabe tu moral y te conduzca a un callejón cortado. Conozco varios casos de estas minicrisis existenciales y aunque es un asunto, el de saber de la vida de los demás, en el que nunca he brillado, sí que he tenido conocimiento, tangencial o frontal, que eso no lo decides tú.
Les cuento todo esto porque me ronda la cabeza una persona que atraviesa un bache de desilusión. El afectado dirá que a mi que me importa, que soy un cotilla, un correveidile sin fundamento, pero no puedo por menos que analizar su situación, la de Pedro Arahuetes, alcalde de Segovia, que es a quien me refiero. Desde el punto de vista público –que del privado y particular nada sé de él, ni por supuesto pretendo saberlo– tengo la sensación que está sin apetencia de gozar de este su tercer mandato y, por lo que ha anunciado, también último. Le sobra esta legislatura, vaya; le ha tomado manía al cargo, como a cualquiera le puede pasar en su puesto de trabajo, con el club deportivo de sus sufrimientos o con un amigo al que la intensidad de la relación te lleva a cogerle ojeriza, aunque sea provisional.
Insisto: dirá que a mi que me importa y que no sé nada de su interior, de sus sentimientos, pero esa es mi percepción. Su permanente enfado con ciertas personas e instituciones ahonda en mi convencimiento de que no se lo está pasando bien en este mandato. Y para ejemplo lo sucedido esta semana con la técnico de Icomos, a propósito del proyecto de aparcamiento en el talud del Salón, de la que dijo con desdén que era de Burgos, «que no sé cómo se llama, ni quiero saberlo» y que «hizo el informe en base a dos botellas de vino que se bebió comiendo». Díganme que decir esto es disfrutar de tu trabajo y no un hartazgo con una situación. Y para tratar de arreglarlo concluyó que «es un hecho objetivo, no es una barbaridad, ni estoy diciendo cosas extrañas».
Muy contento y jovial no parece pues el regidor, molesto y enojado como estado de ánimo general. Para rematarlo, la endeble burbuja en la que vive el gobierno municipal la puede pinchar su socio, Luis Peñalosa, que ha advertido que como siga así, con esta actitud respecto al pacto que mantienen, «cabe todo». El concejal de IU desconfía, está escamado y suspicaz, y ya hace un tiempo, me confesó que su socio puede colarle lo que sea, porque no da abasto solo en todas las comisiones y demás actividades del Consistorio. Vamos, que el PSOE le planta un centenar de decretos encima de la mesa para que los hojee, opine y tome decisiones, a lo que Luis responde como puede, echando un vistazo a algunos y dejando los demás a la honradez de su socio. Un estado embarazoso que no parece tener arreglo, porque la soledad es difícil de combatir, sobre todo cuando no tienes expectativas de hallar un compañero.
Mientras el alcalde le vuelve a coger o no gusto a lo suyo o mientras esa pompa municipal estalla o no, los segovianos vamos a asistir a la campaña electoral más insípida de las que uno recuerda. Solo actos colaterales, como las fiestas, o este compendio de problemas municipales pueden sacarnos de la melancolía que se avecina, como todos los otoños, con el cambio de hora. A partir de hoy anochecerá pronto, muy pronto, y con más casa y menos calle tendremos más tiempo para reflexionar. Pero ojalá que sin caer en crisis que nos desmoralicen.

Temas

Sobre el autor

Jaime Rojas, delegado de El Norte de Castilla en Segovia, nos contará, todos los domingos, la crónica social de Segovia, capital y provincia.


octubre 2011
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31