Fue hace ya dieciséis años, en el siglo pasado. Así dicho parece aún más lejano, incluso asunto de nuestros antepasados. Pero tampoco es eso, aunque si uno echa la vista atrás más de tres lustros es bastante tiempo y, sobre todo, suficiente para que hayan pasado muchas y variopintas cosas. Y más en nuestra activa y extraña Segovia, esa ciudad y esa provincia a la que le falta tiempo para ser protagonista de historias ordinarias que se convierten en extraordinarias o lo contrario, que también ocurre.
Sí, fue hace dieciséis añitos, en 1999. Por primera vez este diario ofrecía la exposición de fotografías ‘Un año en imágenes’, que el paso del tiempo ha convertido en un clásico de la actividad social segoviana. Las instantáneas eran del año anterior, con el mismo sistema que se ha repetido y se repite: el resumen de lo acontecido en un balance gráfico que permite de un vistazo recorrer todo el ejercicio.
Sí y fue hace dieciséis años cuando colgaron de la sala de la Alhóndiga personajes que seguro a ustedes les suenan de algo. Allí estaba en varias imágenes Atilano Soto, entonces multipresidente y al que con guasa, que aquí tampoco falta, apodaban ‘Atiline’ –dicho ‘atilain’, como pueden deducir– por estar conectado a todo y a todos los cargos. Otros, como Jesús Postigo, ahora jefe de la oposición municipal y azote del dimisionario Arahuetes, salía elegido presidente de la Cámara de Comercio, tras unas polémicas elecciones. En la fotografía, jovencito él, claro, parece no acertar con la ranura de la urna al depositar el voto. Otra incombustible de la cosa pública, Esperanza Aguirre, protagonizaba una imagen como ministra de Cultura, como lo hace en una fotografía de la exposición de este año pero con otras circunstancias.
El alcalde entonces, Ramón Escobar; los ahora senadores Javier Santamaría y Félix Montes; el Nuevo Mester; el fútbol sala o la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín en la inauguración del Museo Esteban Vicente eran las caras de la noticia entre las que se incluía un desfile procesional de Semana Santa bajo la nieve, para que vean que casi nada cambia y todo parece inalterable menos las canas y las arrugas que se empeñan en mudarnos de aspecto. Y algunos protagonistas de aquellas instantáneas continúan conectados con la actualidad, supongo que a su pesar.
Y pasaron los años y aquí seguimos, con una ciudad algo más modernilla –no mucho, no piensen, que mientras esto escribo debajo del periódico un músico callejero toca la jota ‘La chica segoviana’– y con las posaderas peladas de mirar el Acueducto un día sí y otro también, que no es poco. Continuamos más o menos el mismo número en un censo que, como algunos personajes de las fotografías, sigue impertérrito, aunque con savia nueva que, curiosidades de la vida, habla en otros idiomas. Estudiantes, trabajadores y turistas que han hecho de Segovia un sitio algo más cosmopolita.
Porque por vivir Segovia con sus cosas hasta lo ha hecho esta semana el fundador de facebook, ese ingenio de este siglo y en el que no pensábamos hace dieciséis años. Vino a comer algo y dicen que se fue encantado de ver un sitio donde el tiempo parece detenido. Pues que venga lo que quiera con sus dólares y si se pone a tiro ya le haremos esa cosa antigua, pero más bella que su invento, que son las fotos.