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Jaime Rojas

La canaleja, crónica social de Segovia

Ligero de lengua

Mejor que no tener nada. La frase, que ya ha pasado a la intrahistoria de la ciudad, la pronunció en octubre de 2001 el entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, durante el acto de inauguración de la variante SG-20 al enterarse de las críticas a la infraestructura, que nacía pequeña. Era víspera de San Frutos y aquí dimos la bienvenida a los Marshall del momento, con el también ministro Acebes y el recién estrenado presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, entre los asistentes.
Corte de cinta, risas y fotos y fin de una obra cuya ejecución duró dos años y medio y que costó casi 40 millones de euros. Se presentó al segoviano como circunvalación, aunque es evidente que no era tal al no ser un anillo completo a la ciudad. Además se justificó que solo fuera de un carril y ya cuando hubiera más tráfico de vehículos se desdoblaría sin problema. Un vamos viendo, que se dice ahora; o un si eso, si lo prefieren. «No pasaría nada», afirmó el sin igual Cascos en esa gloriosa mañana otoñal que nos regaló uno de los gurús políticos del aznarismo, alimento de todo tipo de prensa, incluida la rosa.
Ligero de cascos, como le inmortalizara en una tira ‘El jueves’, estuvo esa vez ligero de lengua y destapó la caja de los truenos en esta sosegada capital de provincias que se disponía a celebrar el día de su patrón. Ofendidos por el tamaño de la infraestructura –y nunca mejor dicho lo de infra– el ministro de aquella cosa echó más leña al fuego sabedor del carácter tranquilo de esta tierra. Pero el asunto no le salió como esperaba y las voces discordantes subieron de tono cuando en pocos meses la carretera se cobró un alto tributo de sangre con numerosos accidentes. La situación le llevó a que en poco más de un año tuviera que prometer que se realizaría el desdoblamiento, aunque no dijo cuando.
Y palabra de político, quince años después ha cumplido y la obra parece ser que comenzará en breve. Un dechado de agilidad, desde luego. Entre medias se ha construido una autopista hacia Madrid y una autovía a Valladolid y la insensata variante sin desdoblar. Los 13.500 vehículos diarios de media que se calculaba en algunos tramos y los 5.000, en otros, se han multiplicado de una manera importante, sobre todo desde que muchos conductores procedentes del norte han descubierto que ir a Madrid por Segovia es más barato y cómodo que hacerlo por la A-6, la carretera de La Coruña siempre con tanta intensidad de tráfico. Y, al revés, también, desde Madrid.
Si la variante ha sido desde que la parieron un peligro, ahora el riesgo ha aumentado de forma exponencial con el incremento del número de vehículos que la utilizan. Toda una aventura adentrarse en esta vía tramposa, con sinuosos enlaces y concebida para dar servicio fundamentalmente a la ciudad y no a los miles de coches que optan por este itinerario que bordea la capital segoviana.
El final de la indecente carretera con la que nos obsequiaron como regalo envenenado está ya cercano. Sigamos siendo prudentes el tiempo que queda y confiemos en que ya no haya marcha atrás. Porque solo faltaba que con el desgobierno actual alguien desempolve la frase que con tanta ligereza pronunció Cascos y le añada que para un pueblo que más queréis. Son políticos y no hay que darles ideas.

 

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Sobre el autor

Jaime Rojas, delegado de El Norte de Castilla en Segovia, nos contará, todos los domingos, la crónica social de Segovia, capital y provincia.


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