Ya hablé en otra ocasión, y en este mismo espacio, de la soledad de la muerte. Morir solo. Aterrador final para un vergonzoso mundo. En realidad, también soñamos solos. Y solos nos comemos, a veces, nuestros miedos. Para no dañar. Hablando de gatos con Alfredo, un colega de este periódico, me contó que tenía una […]
Les hablo del siglo pasado, cuando yo era mocita, o alrededores, y estaba ennoviada con el de Musical Tamayo. Él ponía en marcha su negocio de instrumentos en la Plaza Circular y yo circulaba desde las aulas al trabajo. Teníamos lo justo para gastos pero aun así podíamos tomarnos unas cervecitas (a veces con pipermín), […]