El Brasero de Herejes
Pedro Carasa
En el V centenario de la reforma de Lutero reflexionamos sobre algunos tópicos de su leyenda negra. Media Europa condenó el luteranismo y sólo el ecuménico Vaticano II trató en vano de reconciliarlo. Pero hoy el papa Francisco propone pasar de la excomunión a la intercomunión. También Delibes, novelando el drama del brasero de herejes, defiende la tolerancia y la dignidad de su memoria. La reflexión histórica puede valorar mejor las causas y significados del luteranismo.
Lutero tuvo sus sombras, fue maltratado de niño, tuvo crisis como fraile y padre, casó con una exmonja y abusó del vino. Sintió fobias religiosas contra Roma, judíos y turcos. Fue crítico y mordaz consigo, con la regla monástica, con el papa, obispos, emperador, príncipes y campesinos rebeldes.
No fue un fraile enviado por el diablo para romper la cristiandad, como dice el tópico católico, sino un agustino de intensa vida religiosa, experto conocedor de la Biblia, escritor agudo y agitado reformador escandalizado por la corrupción del poder de la Iglesia. Su objetivo fue interiorizar la religión por la fe y confiar en la salvación por la gracia de Dios, así lo divulgó con sus eslóganes Sola Fide, Sola Gratia, Sola Scriptura, Solus Christus.
La Contrarreforma condenó su obra mediante la inquisición y el índice de libros prohibidos, hizo reformascon los jesuitas y el concilio de Trento y practicó una religiosidad y una estética barrocas en la Europa mediterránea.
El Hereje de Delibes relata esta condena en Valladolid, puerta abierta para influencias luteranas y teatro inquisitorial de autos de fe. La escuela escultórica vallisoletana replicará luego a Lutero y las procesiones de sus imágenes contrarreformistas exaltarán actitudes y valores opuestos a su liturgia.
Entremos ya en los hondos significados históricos de Lutero en política, cultura, comunicación, economía, civismo y arte.
Lutero produjo dos efectos políticos negativos, dio el poder eclesiástico a los príncipes en las iglesias territoriales y estimuló una larga espiral bélica religiosa en Europa. Rechazó la opresión del papado sobre Alemania y su control sobre el emperador haciendo a los príncipes cabezas de sus iglesias. Las primeras comunidades campesinas rebeldes que elegían a sus pastores acabaron en iglesias luteranas principescas.
La reforma y contrarreforma extendieron la guerra santa en Europa: Cruzada entre turcos y sacro imperio germánico, conflicto de la Liga de la Esmalcalda en Alemania, ocho guerras de religión (1562-98) de católicos y hugonotes en Francia, guerra de los Ochenta años entre protestantes y católicos en los Países Bajos, guerra de los Treinta años (1618-48) entre bandos religiosos del imperio germánico, y guerras de los Tres Reinos (1639-51) en las Islas Británicas.
Lutero nació en el Renacimiento, pero su cultura no fue renacentista al no asumir el principal valor del humanismo de Erasmo. El maniqueo agustiniano no valoró al hombre como protagonista del mundo y lo creyó incapaz de salvarse por sus méritos.
Lutero fue pionero editor y divulgador en alemán, publicista con eslóganes y procaces grabados de Cranach. Pasó del sermón oral a la información de masas con la imprenta. Publicó más de 100 libros y folletos, en 4 años vendió 300000 ejemplares, así logró que la reforma invadiera Europa.
Weber dijo que la ética protestante de trabajo y profesión originó el espíritu capitalista. Valoró el trabajo como misión divina, mientras los católicos lo despreciaron como castigo de Dios. El éxito profesional era un signo de predestinación divina y había que vivirlo con honradez. Los luteranos rechazan la vida contemplativa católica, no desprecian el mundo como pecaminoso, lo aman como fruto de Dios.
La cultura protestante estimuló el civismo comprometido y propició el bienestar social.Profundizó en la ciudadanía responsable civil y enfatizó la educación. Su austera moral fue enemiga de lujos y despilfarros, pero no reprimió el sexo y rechazó el celibato. Propició una relación más familiar de domicilio y menos pública de calle.
Al romper el control ideológico papista abrió el camino de libertad de conciencia, de creación de pensamiento y de sensibilidad estética. Lutero fue músico de tradición germana y revolucionó este medio litúrgico de participación. La hizo coral, popular, simple, alegre, comunitaria y la orientó a la poesía del salterio en contra del gregoriano inclinado a llantos y penas. Sólo su iconoclastia eliminó imágenes, perdió patrimonio y frenó la escultura. En cambio, originó una literatura de inspiración protestante y tradición reformada que puede rastrearse en Milton, Melville, Allan Poe o Dickinson.
Si no se hubiera obstruido la inicial reforma luterana podría haberse regenerado la Iglesia europea, pero su fundada crítica a los escándalos papales derivó, por el choque de poderes políticos, en una fractura eclesiástica que partió en dos a Europa. Los conflictos monástico, teológico, germánico, romano, imperial, musulmán, suizo, flamenco, francés y español fueron complicaciones de poder político externas a Lutero. Pero corrompieron su proyecto inicial, abortaron los acuerdos y enconaron las relaciones hacia un cisma institucional no deseado. La unión europea actual debería desandar ese camino y eliminar los obstáculos del poder político que impiden la tolerancia y la conciliación.
Original editado en la edición de papel de El Norte de Castilla del día 13 de mayo de 2017