Ayer, hubo tiempo para todo. Recorrido cultural por Málaga, playa en Pedregalejo, visita a los Astilleros Nereo, charla con Miguel de la Quadra-Salcedo, regata, espeto, flamenco y verbena.
Comenzamos la mañana con un paseo histórico por Málaga. Mientras nos dirigíamos hacia la Alcazaba y dejábamos atrás el Ayuntamiento, la estatua de Rubén Darío, la Casita del jardinero (actual oficina de turismo) iba charlando con el conquense Darío (grupo 12). Darío nos estuvo preguntando de qué medio éramos, cómo habíamos conseguido venir a la Ruta de periodistas, si éramos antiguos ruteros…preguntas que varias veces al día nos hacen los expedicionarios. Se nota que todos quieren volver a vivir esta aventura que poco a poco va llegando a su fin.
Darío, como muchos otros ruteros, todavía no sabe que va a estudiar, “estoy en el bachillerato tecnológico, pero me encanta la literatura y no sé si hacer una ingeniería y dejar la escritura como hobby, la verdad es que no tengo ni idea”. Le confieso que a mi la Ruta me hizo pensar mucho en mi futuro y que a lo mejor a él le pasa lo mismo.
Tras la visita a la Alcazaba nos esperan dos sorpresas en una, un chocolate con churros en Valor acompañado de unas palabras de Miguel. Somos unos afortunados porque Miguel nos acompaña en esta etapa española ya que este año no ha ido a Colombia. Cada vez que habla se hace silencio absoluto y los ruteros se quedan ensimismados con sus historias, en definitiva, con su vida.
Sobre las 14.30h llegamos a los Astilleros Nereo que se encuentran en el barrio de Pedregalejo pero antes de comer ¡todos al agua! Para soportar el calor malagueño los expedicionarios se dan un baño en el Mediterráneo y ante la expectación de los bañistas, cantan la Moza.
“El día que todos estabais esperando ha llegado por fin” frase típica de Jesús Luna (jefe de campamento) para despertar a los jóvenes, pues para algunos periodistas ayer se cumplió. Por la tarde pudimos entrevistar al creador de la Ruta Quetzal BBVA, Miguel de la Quadra-Salcedo. Casi una hora de charla con él pero que se hizo corta, podríamos haber estado toda la tarde y sus aventuras, que se las contaré en otra entrada, no habrían terminado.
A las 19h fuimos a ver una regata y por el camino conocí a Rebeka (grupo 7), la única expedicionaria de Estonia. Rebeka habla un español perfecto y ha estado en nuestro país de vacaciones tres veces. Al igual que Darío, Rebeka no tiene claro que va a estudiar, pero le gustan los idiomas y el periodismo.
Antes de cenar el exquisito espeto que ya estaban preparando, asistimos a la entrega de la medalla de honor de la Hermandad de la Virgen del Carmen a Miguel. Para finalizar el acto, el grupo de percusión de la expedición ofreció un concierto en la calle con los tambores.
Mientras el espeto se hacía, un grupo de flamenco de niñas y adultos amenizaba la espera. Algunos aún estábamos cenando cuando comenzó la verbena. Os aseguro que a todos los ruteros todavía les quedaba mucha energía para cantar y bailar.
¡Felicidades a las Cármenes!Mañana os contaré la celebración de hoy.
espeto. Foto Ángel Colina.