Ayer por la noche vivimos una de tantas experiencias que solo la Ruta te permite disfrutar. En la cubierta del buque Galicia, con un manto de estrellas sobre nosotros, más de 300 personas entre ruteros, monitores, médicos, organizadores, prensa e incluso marineros, pudimos disfrutar de una película, con palomitas y coca cola incluida, muy propia para el lugar donde estábamos, Master and Commander. No obstante muchos reconocían que lo de menos era la película, lo realmente importante era el lugar idílico donde estábamos y la gente que nos acompañaba.
Aunque no terminó demasiado tarde, si tenemos en cuenta el cansancio acumulado en el mes de Ruta que llevan y que muchos nos confiesan que se quedan hablando en los sollados hasta altas horas de la madrugada, podemos entender que los párpados pesasen en la conferencia de las 9 de la mañana. A pesar de eso, los monitores, como es lógico, no pasan una y van despertando uno por uno, de forma más o menos cariñosa, a todos los que ven dando cabezadas.
Tras la conferencia ha tocado la foto oficial. Si yo les preguntase cuánto es el tiempo máximo que han llegado a tardar en hacerse una foto, seguro que no es ni comparable a lo que se tarda en la Ruta. Aquí, primero hay que esperar a que estén todos y luego hay que colocar a casi 300 personas que componen la expedición, en esta ocasión también a los marineros. No exagero si les digo que hemos estado media hora por lo menos.
Luego han disfrutado de unos talleres de folclore popular y después de comer han asistido a otra conferencia sobre los volcanes.
Marina de Tenerife, Sandra de León, Raysa de Panamá y Leyre de Madrid, tienen varias cosas en común, las cuatro son del grupo 7 y las cuatro hicieron el trabajo sobre el volcán del Hierro. Aseguran que muchas de las fotos y vídeos de la conferencia los habían visto para la elaboración de sus trabajos. También conocían ya parte de la explicación del profesor Ortiz en lo que se refiere a las rocas que salieron a la superficie del mar y que se dedicaban a “pescarlas”. En general, han visto sus trabajos identificados con gran parte de la conferencia.
Sandra, Raysa, Marina y Leyre
Por la tarde, han seguido con la rotación de las actividades deportivas y de ciencia. A las 6 el sacerdote de la Ruta, Jesús Garrido, que lleva veinte años acompañando a este programa, ha oficiado misa en el hangar del buque. Como he dicho al principio de esta crónica, hay cosas que solo se pueden vivir con y en la Ruta Quetzal. Uno de estos momentos a los que me refiero son las misas. No son misas convencionales, son muy participativas, todo el que quiera puede expresar sus sentimientos. Créanme si les digo que ha durado hora y media y no se ha hecho larga ¿algo especial tendrá no? También recuerdo que en mi Ruta, al contrario de lo que suele pasar, en cada misa se unían más ruteros. Por estos motivos, hoy no he querido perdérmela y Garrido no nos ha defraudado.
Esta tarde hemos tenido dos sustos, ha sonado la alarma de “hombre al agua” dos veces. La última hemos tenido que dejar la cena a medias para hacer el recuento. Por suerte han sido falsas alarmas, creen que alguien se habrá apoyado en el botón sin querer.
Para finalizar el día hemos tenido una palabras de agradecimiento por parte de algunos expedicionarios hacia el capitán y la tripulación, y viceversa. Ahora mientras los periodistas escribimos, todos están de fiesta en la cubierta de vuelo. Ahora bajaremos nosotros.