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Vicente Álvarez

EL FARO DE AQUALUNG

CHRONICLES


Eric Clapton lleva muchos años clavando su guitarra cada noche en mi corazón. Tan solo un par de blues de Gary Moore alcanzan el desgarro que provoca en mi una canción como Layla, para mi la mejor canción de (des)amor de la historia del rock. Layla (muy especialmente su versión desenchufada, tal y como aparece en el Chronicles), es una cancion que me mata y que forma parte de la banda sonora de mi vida. En realidad, más que una canción, Layla es la súplica a un amor imposible (“Layla, me tienes de rodillas. Te estoy rogando, por favor, querida”). La mayoría conoce la historia: Clapton se enamoró locamente de Patty Boyd, la esposa de George Harrison; por entonces, alguien le regaló un poema persa, “La historia de Layla y Majnum”, historia de un hombre que se vuelve loco porque se ha enamorado de una mujer inalcanzable. Clapton compuso la canción en mitad de una profunda depresión, mientras se hartaba a heroina y a tocar blues cada vez más tristes (“traté de darte consuelo, como un tonto me enamoré de ti, pusiste mi mundo patas arriba”). En Chronicles hay otro tema compuesto para Patty Boyd, la exquisita “Wonderful Tonight”, quintaesencia del romanticismo. En el otro extremo, nos encontramos con, tal vez, la canción mas triste del mundo (“Tears in heaven”), escrita por Clapton para su hijo que murio tras caer del piso 53 de un rascacielos de Manhattan. Todo el disco, en fin, pone los pelos de punta y deja paso a algunos de los temas mas inolvidables compuestos por “Mano Lenta”, llamado así por sus incondicionales porque no toca la guitarra: la acaricia. Canciones llenas de tristeza y dolor entre las que anida la esencia del blues. Jarabe para la saudade, medicina ideal para corazones rotos (“no me digas que no encontraremos una solución, no me digas que todo mi amor es en vano”). Musica para recordar y dejarte atravesar por besos robados, antiguos, memorables.

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Sobre el autor

Escribe novelas y cosas así. Sus detractores dicen que los millones de libros que ha vendido se deben a su cara bonita y a su cuerpo escultural. Y no les falta razón. www.vicentealvarez.com


junio 2007
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