Estamos en 1977. La música disco lo invade todo, Travolta es el rey de las pistas y los Bee Gees reinan los sábados por la noche. En esas circunstancias, nadie daba un duro por un proyecto rockero liderado por el compositor Jim Steinman: un megalómano de visión wagneriana empeñado en escribir el musical más grandioso de la historia, un musical futurista basado en la figura de Peter Pan. De sus cenizas surgió “Bat out of hell”, un disco ambicioso que consumió cuatro años de producción, y por el que solo apostó Todd Rundgrend, el único lo suficientemente loco como para, en medio de la época punk y de la dictadura de la música disco, apostar por una ópera rock con reminiscencias de los musicales de Broadway. El resultado fue el disco de debut más vendido de la historia: 40 millones de copias y una gira mastodóntica que a punto estuvo de terminar con el mito del murciélago. La cabeza visible de este grandioso proyecto era Meat Loaf, un tipo con un magnetismo animal, con una voz prodigiosa y con una personalidad arrolladora sobre el escenario. Una mezcla de Pavarotti y Roger Plant. Un actor que interpreta las canciones con una intensidad que vuelve loco a los espectadores (la famosa puesta en escena de Meat Loaf magreando a su partenaire vocal, la sexy Karla De Vito, ha pasado ya a la mitología de los grandes momentos del rock). Por mucho que busquéis no vais a encontrar nada parecido a este disco. Desde la portada de aires góticos, firmada por el mítico Richard Corben, con el murciélago saliendo del infierno montado en su Harley Davidson, hasta la teatralidad de las composiciones de Steinman; desde la producción impecable de Todd Rundgren hasta la portentosa voz de Meat Loaf; desde el contrapunto femenino de los coros a la potente instrumentación de varios componentes de la E Street Band… Todo huele a un clásico inmortal del rock. Las narraciones floridas, teatralmente interpretadas por Meat Loaf, nos hablan de carreteras oscuras y sinuosas, de motocicletas plateadas que se estrellan en medio de la noche, de despedidas dolorosas, de historias de amor y desamor que nos rompen el corazón. Un verdadero tótem del rock que tuvo continuación con un Bat out of hell II. Incluso, recientemente, el murciélago ha regresado con una tercera parte. No sabemos si será la última pero, desde luego, ninguna se acerca, ni por asomo, a la genialidad y a la grandiosidad de este Bat out of hell del ya lejano 1977.