Por causas ajenas a mi voluntad y que tienen que ver, sobretodo, con las goteras de la edad y con la velocidad de este tren en el que me he subido, me veo obligado a suspender temporalmente este pequeño ciberdiario. Infinitas gracias a los que durante estos últimos meses se han pasado por aquí y muchas más a los que han participado de manera activa. Espero regresar pronto. Tan sólo necesito un poco de tiempo para resetearme el corazoncito y ajustar unos cuantos tornillos en la locomotora de mi cabeza. Prometo no tardar mucho en volverme a subir al tren.
PD. ¿Pensabais que os ibais a deshacer de mí tan pronto? Pues va a ser que no. Mientras la autoridad y las fuerzas lo permitan, seguiré colgando la columna que publica “El Norte de Castilla” todos los jueves. Quien avisa no es traidor.