ELVIRA, MON AMOUR | EL FARO DE AQUALUNG - Blogs elnortedecastilla.es >

Blogs

Vicente Álvarez

EL FARO DE AQUALUNG

ELVIRA, MON AMOUR

Publicado en El Norte de Castilla con motivo de la 52 Semana Internacional de Cine de Valladolid
Tenía ganas de ver “Pudor”, la primera película de los hermanos Ulloa. En su momento pasó por las salas de Valladolid como un rayo de luna. Lo habitual en estos casos. Cuando te quieres dar cuenta, han quitado de la sala de turno la peli que te interesa para proyectar alguna obra maestra como “Another gay movie”, “Hasta que el cura nos separe”, “Sigo como Dios” o “El ataque de las vampiresas”. Cualquiera de esas joyas pudo ser la que eliminó de la cartelera a “Pudor”. Una de las cosas buenas que tiene la Seminci es que en la sección de Spanish Cinema podemos recuperar alguna película que, por esas cositas del chantaje de las multinacionales, está apenas unos días en las salas de los cines. Tenía ganas de ver “Pudor”, además, para asistir al enésimo recital interpretativo de Elvira Mínguez. Todos los que habían visto la película coincidían en lo mismo: el portentoso papel de mujer sufridora e insatisfecha que había llevado a la pucelana a hacerse por segunda vez con la Biznaga de Plata a la Mejor Actriz en el Festival de Málaga. Y, la verdad, se han quedado cortos. No tengo ya adjetivos para describir la interpretación de Elvira Mínguez en “Pudor”. En su momento, desde “El faro de Aqualung”, escribí que la Mínguez dignifica cualquiera de las películas que protagoniza, incluso las más insulsas. Que ella sola es capaz de llenar toda la pantalla, de arrancar el corazón de los murciélagos con su mirada, de morirse en pequeñas muertes que nunca existen, de desgarrar el cielo con puñales y poesías y de regalarnos el murmullo de la lluvia con sus ojos. En “Pudor”, además, comparte protagonismo con un puñado de actores que le dan réplica perfecta y ayudan a transmitir el obsesivo ambiente de una familia atribulada, callada e inmensamente infeliz. La exposición tremebunda del dolor y la tristeza a través de una provocadora exhibición de vísceras, de recuerdos reducidos a fotos, de fantasmas de vida triste, de vida mala, de personajes, en fin, que van vampirizando desgracias. Pero, sobre todo, de gente que no habla, que no se comunica, que no transmite sentimientos. Y, en medio de todo, una Elvira Mínguez que llena la pantalla con sus silencios, con sus miradas, con sus gestos, con sus notas de ramito de violetas, como sólo son capaces de hacerlo las mejores actrices del mundo.

En los foros de cine que circulan por Internet ya hay planteadas quinielas sobre las posibles nominadas al Goya. En un año repleto de interpretaciones femeninas memorables, todos hablan de la Elvira Mínguez de “Pudor”. También de Pilar López de Ayala (“En la ciudad de Sylvia”), Najwa Nimri (“Mataharis”) y Maribel Verdú & Blanca Portillo (“Siete mesas de billar”). A la pucelana le perjudica que “Pudor” se estrenara hace muchos meses. Si hubiese justicia, tendría que volver a repetir con esta especie de “Tapas, segunda parte”. Desde aquí, reclamo que no caiga en el olvido. También reclamo un ciclo para Elvira Mínguez en su casa. Y, puestos a reclamar, reclamo a un director valiente que, de una vez por todas, le ofrezca el papel protagonista que su inmenso talento merece. Yo, por si acaso, sigo escribiendo un guión para vivir una historia de amor con ella. Es lo que tiene poder elegir musas.

Temas

seminci

Sobre el autor

Escribe novelas y cosas así. Sus detractores dicen que los millones de libros que ha vendido se deben a su cara bonita y a su cuerpo escultural. Y no les falta razón. www.vicentealvarez.com


noviembre 2007
MTWTFSS
   1234
567891011
12131415161718
19202122232425
2627282930