La mayoría habéis estado donde yo estoy esta noche, en el lugar del accidente del amor no correspondido. Y os habéis preguntado: ¿cómo he llegado hasta aquí?, ¿qué tiene ella de especial?, ¿será su sonrisa, cómo cruza las piernas, la forma de su tobillo, la conmovedora vulnerabilidad de su cintura? ¿Cuáles son esas cosas ilusivas y efímeras que encienden la pasión en el corazón humano? Es la eterna pregunta, el alimento perfecto para la mente en una cálida noche de verano. Eh, tú lo has dicho mejor, Will: el amor no mira con los ojos sino con el corazón. Por eso al alado Cupido siempre lo pintan ciego. Sí.