Fue hace cuarenta años. Ella, la sirena que se llevó a Neptuno de paseo, me sonrió tristemente y me enseñó que la música alimenta al amor. También que la música es su reina. Lo hizo antes de que nos hundiéramos buceando velozmente y alcanzáramos el lecho submarino. Hablo de “A whiter shade of pale”, probablemente la canción más hermosa del mundo. La que conmocionó el llamado “verano del amor” en 1967, el mayor éxito de la era del Flower Power. Una canción que ha alcanzado la categoría de culto y que siempre resulta elegida en las encuestas entre las canciones más grandiosas de todos los tiempos (y también de las más versionadas, incluso en castellano: hay contabilizadas hasta el momento 771 versiones). El órgano Hammond de Matthew Fisher, con un sonido que nos lleva a la época barroca (de hecho el tema está inspirado en un aria y una cantata de Bach), la hipnótica voz de Gay Brooker y la críptica y sicodélica letra de Keith Reid (¿es finalmente la muerte la que llega con su blanca palidez?) : todo es alucinantemente mágico en esta canción de Procul Harum, primer gran éxito y canto del cisne a la vez de este grupo mítico. Desde luego, cada vez que escucho el órgano Hammond llorando recuerdo su voz, la tristeza de sus notas y la sonrisa que adornaba su blanca palidez.
Nos deslizamos por el ligero fandango / rodamos por el suelo / Yo me sentía un poco mareado / pero la multitud pedía más / La habitación estaba zumbando cada vez más fuerte / mientras el techo echaba a volar / Cuando pedimos otra bebida / el camarero trajo otra bandeja/
Y por eso después / al narrar aquel cuento el molinero / su rostro, al principio fantasmal / se volvió de una blanca palidez/
Ella dijo, No existe una razón, / y la verdad es fácil de ver / Pero me distraje entre mis cartas de juego / y no la dejaría ser / una de las dieciséis vírgenes vestales / que partirían hacia la costa / Y aunque mis ojos estaban abiertos / bien podrían haber estado cerrados //
Y por eso después / al narrar aquel cuento el molinero / su rostro, al principio fantasmal / se volvió de una blanca palidez.