Me acuerdo de cuando escuché “Brass in the pocket” por primera vez. Las nuevas generaciones asocian esta canción a una Scarlett Johansson con peluca rosa en la escena de karaoke de “Lost in translation”. Sin embargo, “Brass in the pocket” surgió cuando el punk daba sus últimos coletazos y la new wave tomaba el relevo. Chrissie Hynde escribía críticas musicales en New Musical Express y trabajaba en la tienda de ropas exóticas de Malcom McLaren, de los Sex Pistols. También componía canciones y había creado su propia banda, The Pretenders, en homenaje a “The great pretender”, de Sam Cooke, uno de sus músicos preferidos. La original mezcla de punk y pop de la banda les eleva a grupo revelación de 1980 escalando, de paso, las listas de ventas de medio mundo. En pocos años, sin embargo, la banda se desmorona (la droga se lleva a la mitad de los primeros Pretenders) y Chrissie Hynde comienza su particular recolección de amantes músicos (Ray Davies, de los Kinks, o Jim Kerr, de Simple Minds). Es la heredera natural de Janis Joplin, de Patti Smith, de Suzi Quatro, de Grace Slick, la última gran rockera que nos queda. Claro que la Hynde ha pasado ya de los cincuenta. Aún así sigue pateando culos en sus incendiarios conciertos y poniéndonos a mil por hora. También, cómo no, sabe cultivar su faceta más íntima de compositora sensible: en 1995 se encerró en los Jacob Street Studios de Londres, con su nueva banda más The Duke String Quartet (dos violines, viola y cello) y Damon Alban, de Blur, como invitados. Por esa misma época, “Angel of the morning” entra en la banda sonora de la serie “Friends” y la propia Chrissie participa en dos episodios. “The isle of view” es un disco intimista y delicioso donde Pretenders desgranan algunos temas de sus primeros seis discos de estudio. No se trata de un Unplugged típico. Chrissie Hynde va mucho más allá, desde la propia selección de los temas pasando por el distinto tratamiento otorgado a las canciones. Un show insultantemente hermoso (disponible también en DVD) lleno de climas serenos y apasionados protagonizados por la personalísima voz de Chrissie Hynde. Imprescindible retrato de una rockera desnuda.