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Vicente Álvarez

EL FARO DE AQUALUNG

ZELIG Y/O WOODY

Ayer estuvo muy cerca de nosotros. Paseando por las calles que pisamos todos los días, comiendo en La Criolla, tocando el clarinete en el Teatro Calderón. Es un genio, uno de los últimos genios que nos quedan. No me interesa su labor como músico, aunque babeo con su cine. Dicen que muchos fueron con enchufe a lo VPO, que se pegaron por entrar en el Calderón y ponerse sus mejores galas aunque algunos no habían visto una película de Woody Allen en su vida ni habían escuchado, siquiera, un disco de jazz. Yo hice algo mejor: vi por enésima vez “Zelig”, una de las muchas obras maestras que adornan su currículum. Un desternillante y originalísimo falso documental con todos los ingredientes para hacerlo pasar por verdadero. De hecho, comienza con Susan Sontag y Saul Bellow hablando del fabuloso Leonard Zelig, de la triste historia de un camaleón humano, alguien desesperado por ser querido y aceptado, y que acabó convertido en un monstruo de feria. Alguien cuyo único pecado fue preferir jugar al béisbol que leer a Moby Dick y cuya necesidad de ser aceptado le hacía transformarse físicamente en las personas que tenía a su alrededor. Una puritita obra maestra.

Trabajo de psiquiatra. Actualmente estoy tratando a dos parejas de hermanos siameses que sufren de doble personalidad. Me pagan ocho personas.

– He trabajado mucho con Freud en Viena. Discrepamos de la teoría de la envidia del pene. Freud creía que sólo era aplicable a las mujeres.
– El segundo matrimonio del viejo Zelig estuvo marcado por constantes y violentas peleas, hasta el punto de que, aunque la familia viviera encima de una bolera, era la bolera la que se quejaba del ruido.
– De niño, Zelig fue tiranizado por los antisemitas. Sus padres, que nunca se ponían de acuerdo y le echaban la culpa de todo, se pusieron del lado de los antisemitas.
– No puedo, yo… yo tengo que volver a la ciudad… yo… yo tengo el seminario sobre la masturbación y, si no llego a la hora, empezarán sin mí.
– Para el Ku Klux Klan, que además de ser judío se podía transformar en negro y en indio, era una triple amenaza.

Sobre el autor

Escribe novelas y cosas así. Sus detractores dicen que los millones de libros que ha vendido se deben a su cara bonita y a su cuerpo escultural. Y no les falta razón. www.vicentealvarez.com


diciembre 2008
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