Ha empezado ya el Tour de Francia. Desde hace relativamente poco tiempo, el Tour llega hasta mí con la banda sonora de Facto Delafé y las Flores Azules, con su magia de ciclismo, playa, chiringuito, verano, sol, calor y optimismo a borbotones. La luna, la sal, tus labios mojados y Lance Armstrong preparado de nuevo para imponerse al sprint con un segundo de ventaja en el último suspiro y colgarse a sus hombros el maillot amarillo.
Imagina una calita, yo te sirvo una clara. Es verano y luce el sol, es la costa catalana. Estamos tranquilos, como anestesiados. Después del gazpacho nos quedamos dormidos mirando el Tour de Francia en la típica etapa donde Lance gana imponiéndose al sprint con un segundo de ventaja en el último suspiro colgándose a sus hombros el maillot amarillo. De nuevo al chiringuito, un bañito, un helado de pistacho y un partido al futbolín. Lanzamos unos frisbis, jugamos a las cartas y acabamos cenando sardinas y ensalada. Bebemos, dorados. Hablamos, callados. La luna, la sal, tus labios mojados. Me entra la sed y pido una copa y España se queda en cuartos en
Per
cuento, más bien me lo invento. Te explico que un niño cruzó el universo montado en un burro con alas de plata buscando una estrella llamada Renata que bailaba salsa con un asteroide llamado Julián Rodríguez de Malta. Malvado, engreído, traidor, forajido. Conocido bandido en la vía láctea por vender estrellas independientes a multinacionales semiespaciales. Y te duermes…
Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios. Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios. Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios. Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios.
Al principio, como siempre, dormimos abrazados y cuando ya suspiras me retiro a mi espacio. Me gusta dormir solo, solo, solo…. A tu lado. Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios. Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios. Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios. Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios.