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Vicente Álvarez

EL FARO DE AQUALUNG

HISTORIAS PARA NO DORMIR

Publicado en El Norte de Castilla el 8 de octubre de 2009

Cuando la vida te da una alegría y un pedacito de la tarta de la felicidad, no es extraño que, muy poco tiempo después (a veces simplemente unas horas), el tortazo se tapice con tintes épicos. Como si alguien estuviese empeñado en demostrarte quién es el que maneja los hilos de la marioneta que todos somos. Así, en un simple abrir y cerrar de ojos: alborozo y hundimiento. Desconozco cuál es el ADN de eso que se llama felicidad pero sospecho que Einstein se pondría las botas analizando ese concepto y llevando al extremo su teoría de la relatividad. Y es que ya sabemos que no existe otra palabra en el mundo con más acepciones que felicidad puesto que cada uno la entiende a su manera. Así, para una familia sevillana desde hace nueve meses su concepto de ‘felicidad’ pasa por encontrar de una maldita vez el cadáver de su niña asesinada. Llevaba tiempo queriendo hablar de este tema pero nunca me había encontrado con ánimos ni había querido caer en el circo mediático montado alrededor. Ahora, que tengo menos ánimos que nunca, me acabo de topar con la jeta del asesino saliendo de declarar, por enésima vez, de los juzgados y me he venido aquí a vomitar mi frustración y desesperanza.
Al parecer, el tipo sigue cambiando sus versiones acerca de lo sucedido y ya no hay abogado que pueda seguir sus tantas y tan contradictorias versiones, en las que entran como actores principales un cenicero, una navaja, un cable, un contenedor de basuras y el mismísimo Guadalquivir. Eso sí, todos estos cambios cada vez parece hacerlos con más chulería. Está el tiparraco como crecido, sabedor de que se ha convertido en una estrella de la tele, de que está volviendo loca a la policía y de que sus continuas mentiras están costando un dineral al Estado (que un día rastrea un río, otro un vertedero de basura y al tercero revuelven media Sevilla). Desde que el juez del caso levantó el secreto de las actuaciones, hemos sabido que el asesino confeso recibía decenas de cartas de jóvenes admiradoras que le daban ánimos, le mandaban fotografías e incluso le hacían regalos. También había recibido varias misivas remitidas por televisiones, loquitas todas ellas por meter sus zarpas en el escándalo y en la mierda. Para rematar el despropósito, se creó en su momento un blog con el fin de mostrar apoyo al asesino y pedir que se le concediese una segunda oportunidad. Cosas de locos. Un caso parecido al del asesino de la catana, que llegó a tener club de fans y noviazgo con una de sus seguidoras. ¿Qué es lo que está fallando? Muchos hablan de que se están creando pequeños monstruos. Tal vez el mundo no esté ni mejor ni peor que antes, pero algo raro ocurre cuando los niños de papá se dedican a hacer ‘pijo-borrokas’, a asaltar comisarías y a colgar sus fechorías en Youtube. El juez les impuso como castigo, a los niñatos de Pozuelo, un arresto domiciliario a partir de las 10 de la noche y los papás lo consideraron excesivo. Tal vez habría que haberles impuesto a ellos la misma sanción. En fin, ¿qué se busca con todo ello? ¿La felicidad? Según Flaubert, la felicidad es una cosa monstruosa y quienes la buscan encuentran su castigo. Parafraseando a Vargas Llosa: ¿En qué momento se jodió el mundo? Pues eso.

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Sobre el autor

Escribe novelas y cosas así. Sus detractores dicen que los millones de libros que ha vendido se deben a su cara bonita y a su cuerpo escultural. Y no les falta razón. www.vicentealvarez.com


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