Abel Benoit, un viejo anarquista, muere en el hospital tras ser víctima de una misteriosa agresión. Antes de morir consigue ponerse en contacto con un antiguo camarada, el detective privado Nestor Burma, quien emprenderá una investigación que le llevará a recordar una parte de su vida que creía olvidada: su adolescencia de joven libertario en el París de entreguerras.
Léo Malet es uno de los precursores de la novela negra francesa. Durante su adolescencia se trasladó a París y empezó a frecuentar círculos anarquistas y posteriormente trabó amistad con los surrealistas André Breton y René Magritte. Fue cantante de cabaret, vendedor de periódicos, anarquista, trotskista, poeta, humorista, erotómano y autor de un centenar largo de novelas policíacas. Su personaje Nestor Burma, detective privado con pasado anarquista y fumador de pipa, resabiado y astuto, le proporcionó el éxito editorial con la novela negra y protagonizó su proyecto inconcluso Les Noveaux Mystères de Paris, una serie de novelas ambientadas en los “arrondissements” de la ciudad. Tal vez, “Niebla en el puente de Tolbiac” sea la más famosa. La novela tiene sus buenas dosis de crímenes, personajes desencantados y amorales, intriga policíaca, ideales revolucionarios traicionados pero sobre todo nos habla de París, un París gris, triste, oscuro e inhóspito que ahoga a unos personajes persistentemente atrapados en una bruma opresiva.
Como complemento fantasioso e imprescindible de esta estupenda muestra del primer polar francés, hay que decir que el famoso dibujante de cómics Jacques Tardi hizo una preciosista adaptación. Y como demostración de que París es la verdadera protagonista de la novela, Tardi dibujó un mapa del Distrito XIII en el que está ambientado “Niebla en el puente de Tolbiac”. Un motivo más para visitar París y recorrer las mismas calles que se pateó el inolvidable sabueso Nestor Burma.