Publicado en El Norte de Castilla el 17 de marzo de 2010
Esto es un grito de ánimo y de esperanza. El ‘we can’ de Obama con traje futbolero. Ahora es más necesario que nunca porque el pesimismo ha calado dentro y porque fuera sobrevuelan buitres. Comentaba Miguel Delibes, cuando le preguntaban por las razones de jamás haber abandonado su ciudad, que para él sería terrible quedarse viudo de EL NORTE DE CASTILLA y quedarse viudo del Real Valladolid. De sus palabras me acuerdo mientras me sumerjo en un acto de fe consistente en estar convencido de que el Pucela se salva. Tal vez sea el único. Es cierto que el carácter del vallisoletano tiende a ser derrotista y agorero pero esa negatividad no sirve para nada. Resulta absurda y contraproducente. Hay que agarrarse a que quedan 36 puntos en juego, la mayoría contra rivales directos, y hay que agarrarse a que la dictadura de las matemáticas no nos ha aplastado todavía. Por eso me rebelo contra los que bajan los brazos y lo dan todo por perdido. Yo sigo pensando que podemos, yo sigo pensando que hay varios equipos que lo tienen igual de difícil, yo sigo creyendo en mi equipo. Desde hace unos días me agarro además al inmenso placer de ir contra la bastarda maquinaria propagandística y de manipulación que algunos han montado. El capitán del Pucela hizo unas declaraciones incendiarias hace unos días que han sido utilizadas y tergiversadas de forma vil. Existe la duda de si lo han hecho por ignorancia o por malicia. Como creo que sí saben lo que es un símil porque ellos apelan cada dos por tres al ‘espíritu de Juanito’ o a ‘salir con el cuchillo entre los dientes’, me inclino por la segunda opción. Entre otras cosas porque son los mismos que minimizan la agresión de Pepe, los que protestan la sanción a CR9 tras partirle la nariz a un adversario, los que no hablan del elevado precio de la entrada más barata en el Molinón tras habernos masacrado por haber hecho lo mismo, los que llevan desde el lunes dando información sesgada de un partido. La lista sería interminable. Es la historia de siempre. El poderoso contra el débil. Por todo ello, podemos hacerlo. Porque cuantos más palos lluevan más juntos hay que estar. Hay que apostar por el corazón. En la oscarizada ‘El secreto de sus ojos’ dicen algo así como que es imposible cambiar de equipo porque es una pasión irrenunciable. Pues eso.