“La obra completa de Wilfredo Moriente” es una obra sorprendente, paródica, fantástica, folletinesca, intrigante, mestiza, metaliteraria y descacharrante. Comienza como una clásica (al estilo más esperpéntico, vía Valle, vía Tirano Banderas) novela de tirano bananero, en este caso de una imaginaria república centroamericana. Y lo hace a través de una socarrona y colorista descripción de unas Fiestas Patrias que sirve, entre otras cosas, para conocer la obra de un peculiar escritor de nombre Wilfredo Moriente. La novela desde el principio sorprende por la cantidad de registros que emplea el autor, por la riqueza verbal, por la parodia de la que hace gala, por el toque folletinesco y por el humor, claro. Un humor muy inteligente, aderezado con un toque fantástico en la línea de los grandes escritores gallegos, escritores como Valle Inclán, Álvaro Cunqueiro o Torrente Ballester.
La lectura, hasta mitad de la novela aproximadamente, es entretenidísima. Sin embargo, a mitad de la novela, ocurre un hecho que provoca que la novela se convierta en algo todavía mucho más entretenido. Es cuando descubrimos que el Wilfredo Muriente Vives del título tiene una figura especular en otro escritor: Alfredo Viviente Mortes que parece haber escrito las mismas obras, titulo por título. Nos adentramos en el apasionante tema del doble y de los escritos paralelos. También de la metaliteratura, de la novela sobre literatura y autor apócrifo, algo que me fascina, convirtiendo esta novela en una apasionante reflexión sobre la creación literaria. Y lo hace con una mezcla magistral de estilos y géneros: policíaco, satírico, la denuncia política y social, folletinesco, eso sin contar con el giro fantástico final en el que el autor hace desaparecer a los personajes. Otra joya de Ediciones La Discreta.