Publicado en El Norte de Castilla el 16 de diciembre de 2010.

Hace una semana, el gobernador de Florida concedió el perdón póstumo a Jim Morrison, condenado por exhibicionismo tras un concierto en Miami en 1969. Han tardado 41 años en perdonar al mítico cantante. Suena a chiste. Toda la historia fue, en realidad, una patochada del sector más retrógrado de los EE UU para revolverse contra el ‘peligroso’ movimiento hippie. Varios testigos de aquel concierto aseguraron que Morrison se había bajado la bragueta en el escenario y había simulado una masturbación. A pesar de las decenas de cámaras que le rodeaban, jamás salió ninguna imagen de aquello que algunas mentes calenturientas imaginaron. Aun así, hubo un juicio por escándalo público que el cantante perdió. La apelación se estaba decidiendo cuando Jim Morrison fue hallado muerto en París en julio de 1971. Tenía 27 años.

Curiosamente (o no) coincide este paripé judicial yanqui con el estreno de ‘When you’re strange’, un hipnótico y deslumbrante documental con filmaciones ya conocidas de The Doors y con material inédito rodado en parte por el mismísimo Morrison. Escenas de sus incenciarios conciertos (con más policías que músicos sobre el escenario) junto a grabaciones caseras en las que se ve a Morrison sonriendo y lleno de vida, lejos del Jesucristo Superstar en que quisieron convertirle o del Diablo con el que le comparaban los reaccionarios y casposos. El resto es un paseo catártico y lisérgico por la corta vida del inocente y blasfemo poeta del rock. Un poeta con su alma atravesada entre el cielo y el infierno y que no paró de bailar en el fuego. The Doors supieron parir una música para los diferentes, para los que no han sido invitados. Y el chamán Morrison fue capaz de conducirnos a mundos donde nunca nos hubiéramos atrevido a entrar solos. Los 60 comenzaron con un disparo (JFK) y acabaron en una bañera en París. Sospecho que el bueno de Jim se removerá en su tumba al saber que su país le ha perdonado. Un perdón que suena a burla y a ratificación de su culpabilidad. Y hasta tuvo suerte. Ahora le pillan los del Tea Party y le mandan a galeras.