Publicado en El Norte de Castilla el 22 de abril de 2011
No me había olvidado de él. Hace unos meses, Luis Eduardo Aute nos regaló un par de pepitas de oro. Nos tiene muy malacostumbrados este genio renacentista único. Junto a su nuevo disco, ha presentado la quinta entrega de la saga juguetona y transgresora de sus bicho-libros: ‘animaLuno’, ‘animaLdos’ y ‘animaL3D’ (recopilados en ‘animaLhada’), ‘animalHito’ y ahora ‘No hay quinto aniMaLo’. Propuesta insólita en el campo literario que llega a través de la editorial Siruela, Aute vuelve a mostrarnos el mundo desde otra perspectiva, a enfrentarse con paradojas, a regalarnos un memorable divertimento para cruzar al otro lado del espejo y a exprimir las infinitas variantes lúdicas del lenguaje. 309 poemigas y 16 dibujos del autor forman parte del libro. Un libro que, simbólicamente, se convierte en terapia y salvación. Como todos los libros: «Cuando me desequilibro / siempre me libro / con un libro». Bendito el género inventado por el ingenio del genio, esos poemigas, esas composiciones poéticas breves próximas a las greguerías y los aforismos. Ya estamos esperando el sexto bicho-libro.
Y, por supuesto, ‘Intemperie’. 43 años y 32 discos después. Letras líricas, escépticas, desengañadas, serenas, cálidas, nocturnas, preciosistas y muy críticas con el mundo actual. Letras llenas de símbolos y trufadas de referencias literarias y cinematográficas. Una biblia que refleja la sensación de desamparo y confusión de los tiempos actuales y que nos deja como casi única válvula de escape el amor. Críticas a la televisión por su empeño en apostar por neandertales, también a los lobbies y a los lobos de casino por haber vendido hasta los sueños al Padrino; lamentos por el triste final de una utopía que puso a subasta su futuro y el ruego infinito, constante y necesario, en medio de la intemperie, de buscar el abrazo como último refugio: «Quiéreme aunque sea de verdad». Los susurros líricos de un genio que pasarán desapercibidos en un mundo que sólo tiene ojos para Justin Bieber y lo que mande la MTV. Va a ser verdad que estamos al albur de la intemperie.