Publicado en El Norte de Castilla el 4 de noviembre de 2011
Los hermanos Marx nos regalaron “Sopa de ganso” hace casi 80 años. Al igual que muchas otras obras maestras adelantadas a su tiempo, pocos comprendieron el humor absurdo y desvergonzado de un film que se reía de todo el mundo. Un país amenazado por una dictadura, unos espías que se convierten en ministros, un delirante personaje que se hace cargo del país… todo valía en el mundo de los Marx. Pues bien, ahora “Sopa de ganso” vuelve a estar en primera línea de actualidad gracias a Rafael Blasco, cabeza pensante del PP y personal coaching de lujo. No hace mucho, imitando la estrategia de Guardiola (que proyectaba “Gladiator” a sus futbolistas para estimularlos), Blasco reunió a la cúpula popular y les hizo ver “Invictus”. Tras el éxito de su propuesta, este fin de semana les ha proyectado “Sopa de ganso”. Su intención era retratar el “desconcierto” del gobierno socialista y el final del ciclo de Zapatero. El tiro por la culata. El presidente Fabra y el resto de consellers se marcharon de inmediato. Algunos muy cabreados. Poco a poco fueron desfilando la mayoría de los diputados. Varios de ellos comentaron que no era el momento de proyectar una película en la que el cachondeo y la dura crítica hacia la clase política avergonzaría a cualquiera que se dedicara a ello. Más de uno hizo asociaciones desaconsejables (¡esa Rita Barberá en la piel de la gran Margaret Dumont!). El caso es que sólo una decena de diputados aguantó hasta el final. Las interpretaciones son libres. Aquello de piensa el ladrón, etc. O quién se pica…. Eso sin desdeñar el poco sentido del humor de sus señorías. Bueno, el humor siempre va asociado a la inteligencia. Además, en el PP no son muy marxistas. En cualquier caso es una pena que no escucharan al gran Groucho soltar aquello de: “No permitiré injusticias, ni juego sucio, pero si se pilla a alguien practicando la corrupción sin que yo reciba una comisión, lo pondremos contra la pared….¡y daremos orden de disparar!”. Por cierto, Mussolini prohibió la película en Italia ya que lo consideró un insulto personal. La megalomanía no para. Angelitos.