Publicado en El Norte de Castilla el 2 de diciembre de 2011

Llegó la hora de los libros. Un respiro. Un oasis. También un reto. Cuando acudo a alguna Feria del Libro acostumbro a ponerme el traje de abogado de causas perdidas. En esos sitios la “alta cultura” siempre quiere dejar muy clara su desvinculación de la “cultura popular”. Lo hace habitualmente con superioridad y desprecio. Tal vez por eso, antes de cruzar el charco, he metido en la maleta mi camiseta de la mítica librería barcelonesa “Negra y criminal”. Cuando hablo de libros, me gusta llevarla. Me reafirma en mi papel de Tarantino defensor de subgéneros maltratados. “Somos lectores de género y lo reivindicamos con orgullo”, dice el primer mandamiento de la religión de Negra y Criminal. Para los que no conozcan el santuario negromaníaco de la Barceloneta, con su Humphrey Bogart de cartón-piedra presidiendo la coqueta y abarrotada librería, hay que decirles que visitarla es tan obligado como visitar la Sagrada Familia. Paco Camarasa abrió las puertas de NyC hace nueve años cuando el género negro era minoritario: se vendía poco y quedaba muy fino el desdeñar todo lo que oliese a novela policíaca. Curiosamente, el boom de la novela negra ha provocado que muchos de esos autores que la miraban por encima del hombro ahora estén editando novelas de corte policíaco. Y más curioso (e indignante) es el caso de la librería Negra y Criminal que, lejos de verse beneficiada, ahora vende cada vez menos (los clientes se abastecen en las grandes superficies) hasta el punto de haber lanzado un desesperado SOS en el que alerta de que la librería se está “quedando sin balas” aunque “les gustaría seguir disparando”. Paco Camarasa no desfallece. A su papel de librero clásico y original a la vez (con presentaciones únicas y los sabrosos mejillones de los sábados), se une su papel de icono negrocriminal en la red, con librería online, blog completísimo y sus poéticas Cartas del Librero que tantas veces alegran mi correo. Recordar el pasado verano haciéndome fotos en la librería con la camiseta y hablando de Silver Kane con Paco Camarasa forma parte de mi memoria sentimental. Hay que repetir.