Publicado en El Norte de Castilla el 23 de diciembre de 2011
Diccionario de la RAE: “hacerse el sueco”, desentenderse de una cosa; fingir que no se entiende. Está de moda lo sueco. Ahí está Ikea. Y Rajoy haciéndose el sueco. Mientras se corona como rey del mambo ya anuncia la reducción en 16.500 millones del déficit en el año 2012. No dice cómo lo hará. En Arroyo, la sesión de investidura consiste en inaugurar la catedral más famosa del consumo. Ha habido gente esperando varios días a la puerta para ser los primeros. Lo han hecho en Ikea y también a las puertas de la casa de Rajoy. Esperando para pillar cargo, vamos. Dicen que los ministrables estaban de los nervios. Bueno, el mismo Rajoy ha aguantado pacientemente ocho años. Los suecos de Ikea han soportado casi los mismos años de negociaciones, desencuentros y zancadillas. Al final, el icono de la globalización, la caja azul de Ikea, ya está entre nosotros. También la gaviota azul. Todo queda en casa. Dicen que por primera vez en cuatro años, ha aumentado el número de extranjeros en nuestra provincia. ¿Habrán contado a los suecos? El futuro se escribe en sueco. ¡Si hasta se imprimen en el mundo más catálogos de Ikea que Biblias! Muy pronto hablaremos por la calle del florero varlikt, la mesa melltorp, el sofá karlstad, la lámpara knubbig y el taburete frosta. En Educación para la Ciudadanía, que ya no existirá y se llamará Religión, Ética o, tal vez, Formación de Boy Scouts, enseñarán a los niños que en la vida todo consiste en meter el tornillo skungen en el agujero flokati. Y resucitarán los aguerridos guerreros íberos, encabezados por José Luis López Vázquez, que al grito de “¡Monumento!” y “¡Qué vienen las suecas!” defenderán en Torremolinos el honor patrio. Por eso Rajoy no sólo se hará el sueco (al fin y al cabo, antes de tomar cualquier decisión tiene que recibir la aprobación del FMI y la anuencia de Frau Merkel) sino que se pondrá pantalones de campana, cantará canciones de ABBA y hará los subarriendos (privatizaciones, externalizaciones o stronkehallens) necesarios de la república independiente de su casa para sacarnos del hoyo. Virgencita, virgencita.