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Vicente Álvarez

EL FARO DE AQUALUNG

PUCELA ERA UNA FIESTA

Publicado en El Norte de Castilla el 22 de junio de 2012

Pucela era una fiesta, y tal. Ya saben, qué noche la de aquel día, banderas blancas y violetas, #somosvalladolid, etc. Da gusto ver a la gente en la calle, contenta, bailando, con el violeta en los ojos, como Liz Taylor. El estadio Zorrilla a reventar, bufandeando, caracoleando, gritando, sonriendo con dentífrico blanquivioleta. Qué bonito sería ver el campo siempre así. Económicamente ha sido un año terrible. Todos lo sabemos. El mariscal Djukic lo ha repetido por activa y por pasiva. Deportivamente, en cambio, ha sido un año increíble. Un jogo bonito (que sólo hemos paladeado en el estadio cuatro gatos) y un atroz sufrimiento hasta el final, con play-off incluido a pesar de haber conseguido más de 80 puntos. El héroe Sisi nos ha dado una colleja antes de irse: “Durante el año no va al estadio ni Dios pero a la fiesta se apunta todo el mundo”. Más razón que un santo. Lo ocurrido durante todo el campeonato ha resultado demoledor para los fieles de siempre. No se imaginan lo que pueden doler, encabronar y cansar los comentarios destructivos que casi todos los lunes teníamos que tragarnos. Las mismas personas que durante todo el año se reían de nosotros y decían que éramos muy malos y unos inútiles se han matado porque les consiguieses entradas de diez euros para el play-off. Me enervan los veletas. Odio el negativismo de la gente pucelana. Dicen que es consustancial al carácter fatalista del pueblo castellano. Los que se suben al carro, los agoreros, los derrotistas y los diezeuristas se unieron a la fiesta. Por unas horas comprendieron que hay vida después del Madrid y del Barça. Ya sabíamos que si ascendíamos iba a estar todo dios en la Plaza Mayor (y los políticos en el balcón del Ayuntamiento para hacerse la foto). Bienvenidos a la fiesta y ojalá un buen puñado de ellos se conviertan a la religión blanquivioleta. Yo, por mi parte, sé que seguiré siendo de la secta de los diez mil, en primera, en segunda o en octava división, porque #yonoaflojo. Como aseguran en “El secreto de sus ojos”, la única pasión irrenunciable es la del equipo de fútbol al que has seguido desde niño.

Sobre el autor

Escribe novelas y cosas así. Sus detractores dicen que los millones de libros que ha vendido se deben a su cara bonita y a su cuerpo escultural. Y no les falta razón. www.vicentealvarez.com


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