“Ya saben…. La globalización de la inmoralidad. El Murciélago es insaciable. Controla bancos, gobiernos. Incluso el Vaticano. El tráfico de drogas, de armas y de personas pasa por sus manos. La cantidad de dinero que mueve es inimaginable. No contento con eso, ha puesto su purulento punto de mira en el tráfico de sangre. Ha comenzado por los países más pobres de África. Saca sangre a la gente a cambio de una limosna. Luego vende esa sangre a 500 dólares el litro a los americanos. El último año ha vendido más de dos millones de litros”.
El Murciélago y el Infierno (pag. 87), amazon.com