Publicado en El Norte de Castilla el 5 de abril de 2013

Por cada buena noticia nos regalan un puñado de noticias asquerosas. Es el sino de nuestros días. La buena noticia de esta semana ha sido que la multinacional Novartis ha perdido la batalla legal en la que estaba enfangada. Desde hace siete años la farmaceútica suiza viene intentando mutilar la Ley de Patentes de la India con el fin de acabar con la producción de medicamentos genéricos. Este semana, al fin, el Tribunal Supremo de la India ha rechazado dar la patente a un medicamento contra el cáncer a Novartis, una decisión que permite al país asiático seguir siendo la farmacia barata del mundo en desarrollo. Un balón de oxígeno para los más necesitados y una patada en los huevos a los poderosos. ¡Ya era hora! Escucho en la radio a Teresa Forcades defender el poder de la voluntad para cambiar las cosas y luchar por la justicia social. Habla de cómo la salud se ha convertido en un auténtico negocio, de cómo se inventan incluso enfermedades, se sacan de la manga medicamentos y se enriquecen a costa de la salud. En su día ya denunció la actuación de los gobiernos y las empresas farmacéuticas a raíz de la crisis de la gripe aviar. Teresa Forcades es una monja benedictina. También es médico y teóloga. La oyes hablar y, seas o no creyente, te transmite paz. Y eso que lo que cuenta es para encabronar a cualquiera. La religiosa no se corta un pelo. Da estopa a los farmacéuticos, a los políticos, a los obispos. Sus modernas posturas respecto al aborto o a la homosexualidad levantan ampollas en los sectores más trogloditas de la Iglesia. El Vaticano ya la ha llamado al orden. La “monja indignada” responde que el capitalismo es un sistema sin ética y que si no hay igualdad económica, la libertad es una burla. Pero, sobre todo, se indigna al constatar que algunos han decidido hacer caja con la salud de la gente. Y lo dice el mismo día en el que oyes hablar de los Lamela de turno que privatizan la salud y aparecen luego, como en un asqueroso pase de magia, en los consejos de administración de las empresas que ahora gestionan la salud de los españolitos. Han decidido cargarse lo mejor que tenía este país. No pararán hasta conseguirlo.