“Recuerdo mi expresión de desconcierto cuando Alisia quitó a mi diabólico motorista para poner un par de páginas de los Evangelios. Mi pasado de pecador puesto bajo la cruz. Algo así pensé. Lo pensé antes de que Alisia me arrancase la ropa a mordiscos, antes de que me matase de amor, antes de que me robase el corazón para siempre”.
El Murciélago y el Infierno (pag. 80), amazon.com