Publicado en El Norte de Castilla el 28 de junio de 2013

Quizás el estudiante que no llegue al 6,5 debería estar estudiando otra cosa. Quizás una matrícula de universidad sólo cueste cuatro cañas. Quizás todo lo que se publica sea falso salvo alguna cosa. Quizás los que hacen escraches no vayan al cielo. Quizás el aborto tenga algo que ver con ETA (pero no demasiado). Quizás los votantes del PP paguen la hipoteca aunque tengan que dejar de comer. Quizás la Virgen del Rocío nos saque de la crisis económica. Quizás Esperanza Aguirre no llegue a fin de mes con su sueldo. Quizás la marca España exija echar del país a miles de científicos y bajarnos los pantalones por conseguir Eurovegas. Quizás la pervivencia de la especie no esté garantizada si legalizamos el matrimonio homosexual. Quizás sea verdad que si se suman dos manzanas dan dos manzanas y si se suman una manzana y una pera nunca pueden dar dos manzanas. Quizás estemos en la Champions League de la economía mundial y realmente no seamos Uganda. Quizás algunas abnegadas esposas no se enteren de lo que hacen sus maridos aunque ellos compren palacios y lleguen a casa en un Jaguar. Quizás haya que aceptar trabajos aunque sean en Laponia. Quizás los jóvenes españoles que emigran sólo busquen movilidad exterior. Quizás se pactó una indemnización en diferido en forma efectivamente de simulación y, de paso, Cospedal robó el monólogo del finiquito diferido a Leo Harlem. Quizás habría que comprarle un Excel a Bárcenas (y mandárselo en un sobre). Quizás sea sólo una casualidad que los que privatizan hospitales acaben haciendo negocios con la salud de todos. Quizás se hayan agotado los eufemismos de privatizar. Quizás no podamos ponernos ya enfermos porque como nos dé una miaja de apechusque las roscamos. Quizás también estemos aprendiendo a morir por encima de nuestras posibilidades. Quizás lo mejor para combatir el fraude fiscal sea amnistiar a los defraudadores. Quizás para ser presidente del Gobierno se debería exigir algo más que ser mayor de dieciocho años y español. En fin, que siempre que te pregunto que cuándo, cómo y dónde, tu siempre me respondes: quizás, quizás, quizás.