“— He hecho todo lo que ha pedido. Déjenos ir…. —dijo el ministro, con la voz y la mano temblorosa.
— Tienes dos opciones antes de apretar el gatillo: morir lento o morir más lentamente. Y, por el camino, tu queridísima mujercita lo pagará —dijo Negroponte mientras agarraba por detrás a Heather y le ponía un cuchillo en el cuello”.
Escalera al cielo (pag. 78), amazon.com